El CSD obligado a tomar decisiones en el conflicto Liga-Federación

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EL CSD deberá mediar entre las dos partes. / EFE

Ramón Fuentes

El Consejo Superior de Deportes debe empezar a tomar decisiones acerca del conflicto abierto entre la Federación Española de Fútbol y la Liga de Fútbol Profesional. Ya no le sirve el papel de mediación que está llevando en la negociación de nuevo convenio de coordinación entre ambas entidades.

Y va a tener que empezar a adoptar decisiones respecto a dos cuestiones. Por un lado la impugnación por parte de los clubes de la Liga del nuevo formato de Copa del Rey y Supercopa aprobado el pasado 29 de abril por la Asamblea de la RFEF. Y por otro, la impugnación también desde la propia patronal de la aprobación ese mismo día del calendario para la temporada 2019-2020 incluyendo ambos formatos.

Vayamos por partes. Respecto a la primera impugnación hay varios elementos que juegan a favor de la Federación Española y otros de lado de LaLiga profesional.

Debemos partir de que tanto la Copa del Rey como la Supercopa son competiciones exclusivas de la Federación Española de Fútbol, y sobre las que tiene todas las competencias. Luego tiene plenos poderes a la hora de modificar sus formatos de competición.

La Liga apela a que, al tratarse de competiciones que afectan a clubes profesionales, deberían consultar con éstos a la hora de llevarlo a cabo. Si bien es cierto que protocolariamente hablando sería lo más lógico, no hay normativa alguna que haga mención directa al respecto. Ni siquiera la propia Ley del Deporte. Porque el artículo 25 del mismo, referente a las competencias de las ligas profesionales además de las que pueda delegarles las federaciones, dice lo siguiente en su punto f: “Informar las modificaciones de las competiciones oficiales que proponga la Federación Española deportiva española correspondiente, cuando afecten a las competiciones oficiales de carácter profesional”. Pero resulta que ni la Copa del Rey ni la Supercopa son competiciones de carácter profesional, como así queda también recogido en la misma Ley, que fija sólo a la Liga de Fútbol Profesional (Primera y Segunda división) además de la ACB, como las dos únicas competiciones profesionales en España. Quizá esto explica porque recientemente la Liga solicitó ante el CSD que le dieran el carácter profesional a ambas competiciones, petición denegada por la Comisión Directiva del CSD. Porque así cualquier cambio de formato exige de la autorización expresa de los clubes profesionales.

Pero resulta que la Federación Española aprobó este lunes un calendario, incluyendo ambas competiciones, sin existir acuerdo alguno con la Liga, tal y como recoge el convenio de coordinación aún vigente. Es más, la propia Federación ha rechazado en dos ocasiones la propuesta de calendario de la patronal por no incluir precisamente esta nueva Copa del Rey y Supercopa con modelo de Final Four.

Y como bien establece el propio convenio de coordinación en la parte de las competencias desarrolladas en coordinación entre la RFEF y la Liga, en caso de que la Federación rechace por segunda vez la propuesta de calendario, como así ha sido tal y como os hemos venido contando en SPORT, “de no ser aprobada esta nueva propuesta, el Consejo Superior de Deportes resolverá sobre ello”. Como así hiciera el pasado verano cuando no llegaban a un acuerdo y les instó a conseguirlo.

Luego la Asamblea de la Federación Española ha aprobado un calendario sin existir este consenso, algo que inicialmente y aún siendo el máximo organismo federativo, debería no tener validez alguna. Y también aquí el CSD debe adoptar decisiones. No olvidemos que en ambos casos, el siguiente paso desde la Liga podría ser impugnarlo ante el contencioso administrativo.

Y entre tanto, este próximo lunes 6 de mayo están citados en el propio Consejo Superior de Deportes ambas partes en la tercera reunión para renegociar el mentado convenio que finaliza el próximo 30 de junio. Y donde las distancias siguen siendo siderales respecto a los temas claves: horarios, naming de la competición o el balón. Sin olvidarnos otras cuestiones colaterales como el acuerdo con los árbitros bajo la nueva disposición del VAR y el convenio del propio VAR entre RFEF y Laliga que también finaliza en los próximos meses. Luego el CSD debe empezar a adoptar decisiones y no sólo quedarse en un papel de mediador.