Oyarzabal pone San Mamés patas arriba (1-3)

Albert Gracia

Los de Berizzo salieron en tromba en los primeros compases del partido y fueron los claros dominadores de la posesión en el arranque. Pero esa superioridad sobre el césped no se estaba traduciendo en grandes aproximaciones sobre la meta de Moyá, que prácticamente no tuvo que intervenir. Los 'txuri-urdin', por su parte, ni tan siquiera pudieron salir de su propio campo en unos primeros minutos para olvidar.

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Liga Santander

1
3
Alineaciones
Athletic Club
Unai Simón; De Marcos (Capa, 69'), Yeray, Íñigo Martínez, Yuri; Dani García, Beñat (San José, 84'), Raul García (Aduriz, 69'); Susaeta, Williams, Muniain
Real Sociedad
Moyá; Gorosabel, Raúl Navas, Elustondo, Kevin Rodrigues; Illarramendi, Zubeldia; Sangalli (Sandro, 76'), Pardo (Zurutuza, 66'), Oyarzabal (Héctor Moreno, 86'); Bautista

El paso de los segundos le sentó muy bien a la Real Sociedad, que se sacudió la presión del Athletic y empezó a asomar por la meta de Unai Simón. Fruto de una de esas aproximaciones llegó el gol visitante. En una jugada aparentemente intrascendente, el colegiado acudió al VAR y señaló penalti de Íñigo Martínez sobre Sangalli. Oyarzabal, con sangre fría, se encargó de transformarlo.

El fútbol no estaba siendo justo para un Athletic que estaba poniendo toda la carne en el asador para llevarse el derbi. Pero el empeño y las ganas le brindaron una oportunidad de oro. En la primera jugada tras el gol, Susaeta mete un balón en el área y Muniain, el más listo de todos, aprovecha una serie de infortunios para poner las tablas en el luminoso y devolver la alegría a las gradas de San Mamés. Los de Berizzo volvieron a apretar pero el resultado ya no se iba a mover antes del descanso. 

Si en la primera mitad había sido el Athletic el gran protagonista en el arranque, en la segunda iba a serlo la Real Sociedad. En una jugada de garra de Zubeldia, el canterano puso un centro milimétrico para que Sangalli volviera a poner a su equipo por delante en el marcador. El gol silenció San Mamés pero los de Berizzo tiraron de casta para tratar de darle la vuelta al partido. Los locales continuaron con sus acometidas pero lo cierto es que chocaron una y otra vez contra un muro que ni siquiera se tambaleaba.

Con esa consistencia defensiva, a la Real tan solo le quedaba esperar el error rival. Y llegó. Yeray dio un pase atrás demasiado corto para Unai Simón y Bautista, pícaro, tocó el balón y dejó la pierna para que el portero cometiera penalti. Oyarzabal no falló y puso con mucha ventaja a su equipo. Los leones avasallaron la meta de Moyá pero se quedaron en la orilla.