El Cádiz olvida el 'Calagate' con un triunfo en Madrid

Los gaditanos vencieron al Getafe gracias al gol en propia puerta de Timor

Tras la polémica con Diakhaby, Cervera no dudó en alinear a su jugador

Los jugadores del Cadiz celebrando el gol en propia de Timor

Los jugadores del Cadiz celebrando el gol en propia de Timor / EFE

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El ruido mediático que provocó el supuesto insulto racista de Juan Cala al jugador del Valencia Mouctar Diakhaby la jornada anterior marcó la víspera del duelo entre el Getafe y el Cádiz, con los visitantes en momentos turbulentos por la polémica y los azulones sin licencia para resbalar. El tanto en propia meta de David Timor, finalmente, decidió el duelo en favor de los gaditanos por 0-1.

getafe-cadiz 20/21

LaLiga Santander

0
1
Alineaciones
Getafe
Soria; Nyom (Damián, 70'), Djené, Timor, Olivera (Miranda, 84'); Maksimovic (Portillo, 70'), Arambarri; Kubo (Ángel, 51'), Aleñà, Cucurella; y Jaime Mata.
Cádiz
Ledesma; Iza, Fali (Marcos Mauro, 71'), Cala, Espino; Salvi, Jonsson, José Mari, Perea (Izquierdo, 61'); Rubén Sobrino (Lozano, 83') y Negredo (Iván Alejo, 60').

La desgracia del Getafe, antaño soñador de gestas europeas, contrastó con la alegría del Cádiz, que olvidó una semana complicada con su segunda victoria consecutiva tras superar al Valencia la pasada jornada. Sin duda, el cuadro gaditano acabará tranquilo la jornada tras lograr una renta de nueve puntos sobre las posiciones peligrosas.

A Álvaro Cervera no le tembló el pulso y utilizó de inició a Cala, que soportó la presión sin despeinarse. Antes, saludó a sus antiguos compañeros y se abrazó con quien fue su entrenador, José Bordalás. En la víspera, el técnico alicantino alabó la buena conducta del defensor del conjunto gaditano, en el Getafe durante dos temporadas y media.

Todos los fuegos artificiales que rodearon al "caso Cala" se terminaron en cuanto el balón comenzó a rodar. El fútbol adquirió protagonismo y las necesidades de ambos clubes salieron a la palestra sobre el césped del Coliseum Alfonso Pérez.

Sobre todo las del Getafe, tres puntos por debajo del Cádiz y más cerca de las plazas peligrosas. Bordalás, en un intento de dar creatividad a su equipo, alineó por sexta vez al japonés Takefusa Kubo, que acabó sustituido a los 50 minutos sin hacer mucho ruido mientras estuvo en el campo.

Con Carles Aleñà y Marc Cucurella, y bien resguardados por la dupla Arambarri-Maksimovic, el Getafe creyó claramente en su versión más creativa para acabar con la resistencia de un equipo que sólo saltó al campo con la novedad de Rubén Sobrino en ataque por Jairo Izquierdo. El guión de Bordalás, a priori atractivo, no funcionó.

Aunque el Getafe fue más dominador y tuvo más posesión, apenas consiguió romper a una de las defensas más coordinadas de LaLiga Santander. Sin la ansiada idea de generar ocasiones con más hombres de juego que de músculo, el atasco provocó apenas dos claras opciones en la primera parte.

La primera fue para Jaime Mata, que en un doble remate casi debajo de la línea se encontró con el portero argentino Jeremías Ledesma y con Álvaro Negredo, que evitaron el primer tanto del Getafe. Después, el paradón lo hizo David Soria tras un golpeo a bocajarro del danés Jans Jonsson que no rebasó la línea de la portería del Getafe por centímetros.

Todo se iba a decidir en el segundo tiempo, que comenzó prácticamente sin Kubo desde el principio sustituido por Ángel Rodríguez. El Getafe, con más movilidad, consiguió hacerse definitivamente con las manijas del choque y a punto estuvo de inaugurar el marcador con un cabezazo del togolés Djené Dakonam a la salida de un córner.

Y, cuando el Getafe estaba más cómodo, la suerte se alió con el Cádiz, que se encontró con un regalo inesperado en forma de gol en propia meta de David Timor. Un centro del uruguayo Luis Alfonso Espino que rebotó en Aleñà despistó a Soria y, tras golpear en el pecho de Timor, entró en la portería del cuadro azulón.

El jarro de agua fría fue tremendo para el Getafe, que dejó de carburar y se atascó envuelto en la idea de otro mal resultado. A lo largo de 25 minutos, salvó un intento de Arambarri y un cabezazo de Ángel, las ocasiones brillaron por su ausencia y fue derrotado para meterse en un lío que no imaginaba a principio de curso cuando todavía vivía en una magnífica resaca europea que tardará en volver.