El Atlético gana a medio gas

Alba López

Dos chispazos de Griezmann Saúl bastaron al Atlético para derrocar al Getafe y recortar distancias con el Barcelona en la tabla a expensas de lo que hagan los azulgrana mañana contra el Girona en Montilivi. En un ejercicio de primero de cholismo, resolvieron los colchoneros el encuentro en la primera parte y tras el descanso Simeone se permitió, incluso, el lujo de reservar a Godín.

El técnico argentino volvió a apostar por Kalinic para la punta de lanza rojiblanca. Está claro que hasta que llegue Morata el croata dispondrá de minutos, pues con Diego Costa lesionado al Cholo no le queda otro remedio. Volvía también al equipo Saúl una vez superada su lesión en el muslo.

El centrocampista ilicitano fue de los que más se ofreció en el arranque. Ubicado en la izquierda, no paró de buscar diagonales y formó una buena alianza con Griezmann. A veces, además, intercambió su posición en el campo con Lemar, que sigue sin acabar de romper a pesar del dineral que pagaron por él los colchoneros en verano.

Las dos primeras ocasiones del encuentro, sin embargo, fueron azulonas. Primero fue Maksimovic quien obligó a Giménez a tirarse al suelo para evitar el remate de Jorge Molina y despúes Cabrera buscó el gol de cabeza a la salida de un saque de esquina. 

La respuesta del Atlético fue contundente. En su primer acercamiento sobre la portería de Soria los rojiblancos acertaron en el centro de la diana. Thomas vio como Griezmann se colaba entre los centrales del Getafe y con un precioso giro de tobillo habilitó al fránces para hacer el 1-0. La definición del Principito fue de auténtico 'killer': un zurdazo seco abajo inalcanzable para el meta getafense.

Una vez destapada la caja de los truenos el Atlético ya jugó a placer y esa circunstancia no tardó en traducirse en el marcador. Lucas le ganó la espalda a la zaga del Getafe por su lado y aprovechó la autopista para dar el pase de la muerte a Kalinic. El croata, a bocajarro, disparó al muñeco, pero Saúl no perdonó en segunda instancia llegando desde atrás como un tráiler. Ofrece el alicantino soluciones de todo tipo. Vale tanto para un roto como para un descosido.

Simeone vio el partido tan ganado que tras el descanso retiró a Godín por precaución y recolocó a Lucas en el eje de la zaga dejando el carril zurdo a Juanfran. Poco después irrumpió en el partido Mollejo por Kalinic y no se cortó un pelo. La primera vez que el canterano entró en contacto con el balón se revolvió en la frontal del área y buscó la escuadra con un zapatazo tremendo.

Su aparición fue lo mejor de toda la segunda parte, porque fútbol apenas se vio en el Wanda. El Atlético tiró del manual del cholismo y en la última media hora se conformó con salvaguardar su renta a sabiendas de que las finales de verdad todavía están por llegar. Ahora toca guardar fuerzas. Parece lógico.