El Atlético se deja ir pensando en la Europa League

Alba López

El Atlético de Madrid no pudo pasar del empate en el Wanda Metropolitano y deja la liga a tiro de piedra al Barça, que podría ser campeón la semana que viene en Riazor. Quizás pensando en la Europa League, Simeone apostó por algunos de sus jugadores menos habituales para medirse al Betis. El técnico argentino dejó en el banco a hombres tan importantes para el equipo como Godín, Koke o Griezmann, la columna vertebral colchonera por así decirlo, y vaya si se notó. 

Afectó al engranaje rojiblanco en los primeros compases del duelo, pero conforme las manecillas del reloj siguieron su curso natural los pupilos del Cholo se fueron entonando. Aun así, el primer aviso serio del partido lo dio Loren desde la frontal del área con una semivaselina que se perdió por encima del larguero de la portería de Oblak.

La respuesta atlética llegó a balón parado, siempre desde las esquinas, pero sin Godín sobre el campo el poder de intimidación no era el mismo. Apareció, no obstante, Fernando Torres poco después para controlar controlar un balón dentro del área y elevarlo por encima de Dani Giménez. Con el meta rebasado, sin embargo, apareció Mandi sobre la misma raya de gol para evitar el tanto bético.

La mala noticia para el Betis fue la lesión del cancerbero. Ocurrió minutos después de la ocasión rojiblanca. Giménez acudió a despejar un balón fuera del área y se lastimó en su muslo derecho al golpear el balón, obligando a Quique Setién a mover ficha e introducir a Pedro López en su lugar.

El rejonazo, sin embargo, espoleó al Betis y los verdiblancos dispusieron en los minutos finales de la primera parte de sus dos ocasiones más claras: un disparo de Boudebouz a las manos de Oblak y un mano a mano de Javi García con el esloveno que el centrocampista marró por falta de costumbre.

Tras el descanso Simeone ordenó a los suyos subir la línea de presión y la treta no tardó en rendirle réditos a su equipo, ya que después del saque de centro los rojiblancos robaron un balón en campo contrario y Vitolo rozó el gol tras un servicio de Saúl desde la derecha. El remate a bocajarro del canario se marchó alto. 

Fue un espejismo, ya que los minutos posteriores fueron de claro color verdiblanco. Tanto es así que el Cholo tuvo que tirar de sus hombres franquicia (Griezmann y Koke) para reconducir la situación y volver a meter a su equipo en el partido después del baile de posesión heliopolitano que terminó con dos disparos envenenados de Tello a los que respondió Saúl con un zapatazo al larguero que hizo temblar la portería de Pedro López.

De ahí al final y tras el carrusel de cambios, un cabezazo del propio Saúl a la salida de un saque de esquina que se marchó rozando el palo fue la única acción reseñable.