El Atlético baila con Griezmann en Pucela

Arnau Montserrat

El Atlético de las dos caras se llevó tres puntos muy importantes en Pucela para seguir presionando al Barça de Valverde. Una primera parte donde se fue ganando 0-2 y una antítesis en la segunda donde encajó dos goles a balón parado antes que Griezmann saliera al rescate. 

El partido arrancó tal y como quería el Atlético. Obligando a un Valladolid a jugar por banda con múltiples centro en busca de la cabeza de Ünal muy bien cubierta por Godín o Savic que anulaban al delantero pucelano. Rodri muy atento atrás y con un Griezmann asociándose con Correa, activo y fino en ataque. Precisamente estos tres protagonistas, iniciaron la jugada del primer gol del partido. Corría el minuto 26 cuando Rodri robó un balón en zona ofensiva del Valldolid, la cedió para Correa que se la cedió a 'Grizzie' para que el gallo filtrara un pase delicioso para Kalinic y el croata, en estado de gracia, no perdonara con un disparo cruzado que batió a Masip.

Mejor imposible para los de Simeone. Mejoró el Valladolid con el paso de los minutos, con algo más de presencia ofensiva. Óscar Plano con un disparo de primeras o un remate raso de Ünal que rozó el palo izquierdo fueron las mejores ocasiones para los locales. Cuando parecía que la ventaja iba a ser mínima al descanso, apareció el VAR para evitarlo. Un disparo de Griezmann rebotó en la mano de Kiko Olivas que paró con una extraordinaria estirada Masip. La jugada continuó pero desde el VAR avisaron a Undiano que fuera a revisar la jugada. Lo hizo, pitó penalti y Griezmann con un disparo a la escuadra marcó el 0-2. Bailecito incluído.

El Atlético solo tenía que hacer de Atlético para llevarse de los tres puntos, pero a la salida del descanso se le olvidó. Apareció la antítesis de los colchoneros. Mal en defensa, sin seguridad y encajando goles a balón parado. El Valladolid salió desbocado, muy intenso y encontró el camino del gol. Primero Calero en la salida de un córner y posteriormente Ünal, con rebote en la pierna de Saúl, empataban el partido en apenas 15 minutos de la segunda mitad. Se caía Pucela.

Pero el Atlético tiene esa pizca de suerte que lo mantiene vivo siempre. Pese a no crear una sola ocasión de gol en toda la segunda mitad, apareció Griezmann para salvar los muebles al conjunto de Simeone. Tras una serie de rebotes, un disparo de Rodri y una mala gestión defensiva del Valladolid, lo aprovechó Antoine para cruzar un balón imparable para Masip. De nuevo bailecito para celebrarlo.

Los locales reclamaron penalti por unas manos de Arias algo justas y lo intentó hasta el final para lograr el empate. No lo consiguieron. Tres puntos vitales para un Atlético que quizás se llevó más premio del que mereció.