El apagón de Nasri

Nasri, de mal en peor

Nasri, de mal en peor / EFE

Josep Bosch

Josep Bosch

Nadie duda de su gran calidad y muchos le enjuiciarían como el futbolista más talentoso del vestuario del Sevilla, pero la mayoría de condicionantes juegan en contra de la continuidad de Samir Nasri en el conjunto del Sánchez Pizjuán.

El excelente fútbol que es capaz de generar el mediapunta franco argelino tiene sus contrapuntos negativos, empezando por su elevada ficha, siguiendo por su irregularidad y acabando con las polémicas, que esta temporada se han plasmado en una sospechosa visita a una clínica californiana para ser sometido a un tratamiento intravenoso y, ya en el terreno de juego, la absurda expulsión que se ganó en el campo del Leicester y que ayudó de forma determinante a la eliminación del equipo andaluz en la Champions.

Nasri llegó al Pizjuán poco antes de cerrarse el mercado de verano y su irrupción en el equipo de Jorge Sampaoli fue espectacular. El juego del Sevilla giraba principalmente en torno a la inspiración del mediapunta, todo un virtuoso a la hora de encontrar el mejor pase, con una gran visión de juego, capacidad de retener el balón y verticalidad.

El franco argelino fue pieza determinante en el brillante arranque del Sevilla, pero dicen que en fútbol es más fácil llegar que mantenerse y Nasri es, por lo menos esta temporada, un ejemplo de ello. Del liderato pasó a la intrascendencia y ello ha coincidido con los peores momentos del equipo.

Ficha alta

Al irregular rendimiento cabe añadir el aspecto económico, tanto o más importante. Nasri percibe una ficha de ocho millones de euros, inabordable para el Sevilla incluso en el caso de que el jugador acepte una rebaja, algo que en principio estaría dispuesto a asumir.

Además, el Manchester City, pese a que no cuenta en con el jugador, no quiere regalarlo pues en 2011 abonó al Arsenal por su traspaso 27,5 millones de euros y pretende recuperar parte de la cantidad.

La cesión de Nasri al Sevilla contempla una opción preferente de recompra por 25 millones de euros, es decir, una cifra que en el Pizjuán jamás se han planteado abordar, ni siquiera cuando el futbolista era pieza determinante en el engranaje de Sampaoli.

En lo extrafutbolístico, Nasri está en el punto de mira de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) desde que el pasado invierno acudiera a una clínica estadounidense, concretamente californiana, para recibir un tratamiento de terapia intravenosa. La Agencia Mundial Antidopaje recordó desde un primer momento que dicha terapia está prohibida en dosis superiores a 50 milímetros en un plazo de seis horas.