La Vuelta 2022 se presenta con finales en alto pero sin etapa reina

La ronda española partirá de los Países Bajos con un Giro que sale de Hungría y un Tour que nace en Dinamarca

Solo habrá 31 kilómetros de contrarreloj individual y por primera vez se recorrerán las ocho provincias andaluzas

La Vuelta 22

La Vuelta 22 / La Vuelta

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

La Vuelta, presentada este jueves en Madrid, se parece un poco al Tour y al Giro, pero a la vez difiere de las otras dos rondas de tres semanas que ya hace días vieron la luz. Poca contrarreloj, un recorrido muy loco, salida desde el extranjero, montañas para bendecir pero, a diferencia de las carreras italiana y francesa, a la prueba española le falta definir una etapa reina, diferente, rompedora, de la que esté todo el mundo pendiente y normalmente reservada para los últimos días de competición.

En el Giro encontramos al Mortirolo y en el Tour a Hautacam. Quizá la Vuelta, con montañas en el norte, en el sur y en el centro de España, rodará en 2022 huérfana de esa jornada estelar porque ha querido la organización reunir un trazado muy homogéneo como si se tratase de la consigna de todos para uno (o una) y uno para todos.

Solo habrá 31 kilómetros de contrarreloj individual; pero eso sí, nada menos que nueve finales en alto; en Cantabria (el inédito Pico Jano), en Asturias (el novedoso Colláu Fancuaya y Les Prades), en Andalucía (los conocidos Peñas Blancas, Sierra de la Pandera y Sierra Nevada, la cima más difícil, aunque sin corona real), en Extremadura (Monasterio de Tentudía y Piornal) y la clásica cita madrileña con Navacerrada para cerrar la prueba, un festín ciclista del 19 de agosto al 11 de septiembre de 2022.

Será una Vuelta sin cita en los Pirineos, sin visita catalana y que al igual que el Giro (Budapest) y el Tour (Copenhague) partirá del extranjero. Lo hará en Utrecht para recorrer luego otras dos etapas en los Países Bajos antes de la primera de las tres jornadas de descanso y tras un vuelo continental presentarse en el País Vasco.

Se visitarán las comunidades vasca, cántabra, asturiana, las dos Castillas, tierras valencianas, murcianas, madrileñas y por primera vez desde la creación de la Vuelta se pasará por las ocho provincias andaluzas. Y se hará todo este recorrido sin que los corredores, a excepción del estreno holandés, tengan apenas territorio llano porque siempre se intenta que un puerto, aunque no sea muy duro, sirva para romper al pelotón, para crear complicaciones y para que pocos días resulten aburridos y una llamada a la siesta.

Faltan ocho meses para que comienza la carrera, marcada siempre por lo que suceda en el Tour. Los que se caen, afortunadamente sin graves lesiones, los que suspenden en la ruta francesa se apuntan a la Vuelta, más los que corrieron el Giro y descansaron en julio. Lo único que sí está claro es que será la última gran oportunidad de ver en acción a Alejandro Valverde, en su retirada, un adiós en la carrera que ganó en 2009 y con los 42 años en el carnet de identidad.

Será 2022 también el año de menor número de kilómetros de contrarreloj en el total de las tres carreras solo 110. El Tour se lleva el premio gordo, si se puede definir así con 53, seguido de la Vuelta con 31 y el Giro con apenas 26 kilómetros, en lo que supone muy poco oxígeno para los especialistas en el arte cronometrado y que vuelve a demostrar como temporada a temporada las carreras de tres semanas dan la espalda a las contrarrelojes, sobre todo si se compara en los años de gloria de Miguel Induráin, quien ahora tendría mucho más complicado ejecutar su dominio principalmente en el Tour.

Y tampoco se puede olvidar otro dato, referido en este caso a la Vuelta, ninguna etapa sobrepasa los 200 kilómetros, aunque eso si con la visita a Andalucía y Extremadura a principios de septiembre el calor puede hacer estragos entre los ciclistas participantes.