ESPAÑOLES EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE LONDRES 2012

Onán Barreiros-Aarón Sarmiento: "El diploma olímpico fue como el postre que deseas de pequeño"

Están cansados y algo alicaídos. Acaban de competir en el Mundial de Barcelona y el día no les ha ido bien. Son cosas del deporte, pero su ambición no les permite aceptar un mal resultado sin preocupación. Los Juegos están a la vuelta de la esquina. Solo les queda trabajar y trabajar

Àngels Fàbregues

Con la piel curtida por las muchas horas que se pasan en el mar, Onán Barreiros y Aarón Sarmiento nos atienden nada más acabar una regata del Campeonato del Mundo de 470 en Barcelona. No les ha ido bien el día, y están reunidos con el entrenador comentando dónde ha sido la clave del mal resultado. Igualmente nos reciben con una sonrisa.

Onán se nos acerca y Aarón se mantiene al margen. Entiendo que tal vez prefiere ceder la palabra a su compañero, pero no, simplemente esperaba su turno. Ambos son canarios y sus poco habituales nombres están vinculados a la fuerza. Les pregunto si será esta su arma en los Juegos Olímpicos, la fuerza: “Nuestra arma será que somos compañeros pero nos llevamos tan bien que parecemos hermanos y nos apoyamos muchísimo dentro del barco”. Son palabras de Onán, a quien se ve mucho más extrovertido. Aarón, algo más tímido, piensa que “somos como el Yin y el Yang. Nos compenetramos mucho”.

Los de Londres son los segundos Juegos Olímpicos para ambos, en Pekín lograron una meritoria quinta plaza, algo que se valora mejor “con el paso del tiempo y la trayectoria que llevas desde pequeño. Trabajas mucho en el día a día y cuando ves el diploma en casa lo saboreas como si fuera el postre que estás deseando desde pequeñito”, explica de manera muy gráfica Onán.

Ahora llegan a una nueva cita olímpica mucho más ambiciosos: “Solo me conformaría con el oro”, se sincera Aarón quien añade que “llegamos con los deberes hechos. Si ganamos o no ya no va a depender de nosotros. Sabemos que hemos trabajado y lo que queremos es demostrarlo”.

Para conseguirlo cuentan con la ventaja de que las aguas de Weymouth son muy parecidas a las que tienen en Las Palmas: “Nos sorprendimos la primera vez que fuimos cuando vimos las olas y el viento. ¡Parecía que estábamos en casa! Esto es un factor a nuestro favor, a ver si podemos aprovecharlo”, explica Onán.

Ambos son unos currantes del deporte porque tienen muy claro que solamente así llegan los éxitos. La vela siempre queda supeditada a las condiciones del oleaje y del viento, algo ajeno a ellos, pero que deben saber gestionar mejor que los demás para ganar: “Como te duermas estás listo. Por esto estamos trabajando día y noche y esperemos que dé sus frutos”, advierte Onán. Según su compañero, la clave estará en “la constancia. El que sea más constante y cometa menos errores no forzados va a ser el que gane”.

El podio les espera en Londres. Por trabajo ya se lo han ganado.