Los planes de Gómez Noya: de los Juegos de Tokio a sacarse la espina del ironman de Hawai

Gómez Noya se prepara para el triatlón de Barcelona

Gómez Noya se prepara para el triatlón de Barcelona / MINERVA MKT

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Javier Gómez Noya está a punto de terminar una temporada que a priori podría ser de transición pensando en los Juegos Olímpicos de Tokio, pero en la que sido campeón del mundo de larga distancia en Pontevedra y tercero en las series mundiales: participará por relevos en la triatlón de Barcelona antes de cerrar el curso en los Pro Tour –también en su ciudad- y pensar ya en su próximo gran objetivo, una medalla olímpica.

El triatleta gallego ya fue plata en Londres 2012, pero no pudo competir en Rio 2016 por una lesión: a Tokio llegará con 37 años, pero más dispuesto a disfrutar del camino que a obsesionarse con el podio.

Más que obsesionarme con el oro, pienso en qué me apetece entrenar”, reflexiona Gómez Noya, embajador de ‘123 a correr Santander’ en vísperas de la prueba barcelonesa, “y por eso me lo tomo así: me apetece volver a correr rápido y preparar los Juegos, si luego se logran medallas, perfecto, y si no, a seguir trabajando. Lo que quiero es disfrutar del proceso, así salen mejores resultados”. 

De hecho, Gómez Noya ya tiene planificado su próximo reto después de los Juegos. Intentará sacarse la espina clavada que le dejó su undécima posición en el ‘ironman’ de Hawai el año pasado.

decepción en hawai

“Si me hubiera ido bien en Hawai el año pasado hubiera pensado, ‘bueno, esto está hecho, a pensar en otra cosa’, pero no me fue bien. No rendí bien, no estuve bien. Yo no sé si puedo ganar en Hawai, pero sí sé que puedo hacerlo mejor y esas ganas de mejorar se te quedan dentro”. 

Gómez Noya volvió “decepcionado” de la legendaria prueba hawaiana el año pasado. “Es una prueba muy particular, muy dura, porque te obliga a tomar riesgos: compites contra los mejores por encima de lo que deberías, no puedes comer o beber cuando lo necesitas y cualquier error se multiplica por cien. Si te pasas de pulso corriendo, luego no bajas, y esa sensación de agobio constante es complicada. También hay que ser capaz de asimilar tanto líquido y tanta comida. En Hawai todo el mundo revienta, menos el que gana”.

Parecía que después de su salto a la larga distancia, en la temporada 2018, Gómez Noya no volvería a competir en la distancia olímpica, pero el reto de los Juegos y sus sensaciones pudieron más. “Pensé que es probablemente mi última oportunidad de ir a unos Juegos y quise intentarlo. Empezó la temporada [2019], hice podio en Bermudas, me vi en la pelea y decidí apostar por los Juegos. Y después, la larga distancia”. 

En Tokio, sus rivales serán mucho y de un nivel altísimo. “Ahora mismo podríamos hablar de 15 o 20 tíos capaces de optar a las medallas”, subraya. “Por supuesto, Mario Mola, que para mí es el favorito, pero también Fernando [Alarza], Vincent Luis [flamante ganador de las series mundiales] o Jonathan Brownlee… a ver cómo toleramos el calor”.

La temperatura será precisamente uno de los grandes condicionantes de la prueba en los Juegos de Tokio. “El agua estará muy caliente, sales del agua con una sensación muy desagradable, el calor y la humedad de Tokio en verano van a marcar la carrera”, explica el gallego.  

en Tokio, 37 años

Gómez Noya aspirará a su segundo metal olímpico con 37 años. “Hay cierta tendencia a pensar que la distancia olímpica es ideal para gente más joven, pero no podemos olvidar que hablamos de carreras de casi dos horas y de una prueba aeróbica. En las series me noto que sigo estando bien y creo que puedo llegar a Tokio en buena forma. La edad no me limita. Me siento competitivo, aunque soy consciente de que viene gente joven y muy preparada”.

Durante esta temporada, Gómez Noya ha reducido ligeramente sus volúmenes de carga con respecto a la pasada temporada, en la que se centró en larga distancia. “Ahora estoy en 20-25 kilómetros de natación a la semana, 300-400 de bicicleta y 100 ó 120 de carrera”, explica.