LONDRES' 2012

Leyendas de los Juegos Olímpicos: Mark Spitz

El nadador estadounidense tocó el cielo con 22 años al conseguir hasta siete medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972

Mark Spitz tocó el cielo en Munich'1972

Mark Spitz tocó el cielo en Munich'1972 / sport

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Mark Andrew Spitz nació el 10 de febrero de 1950 en Modesto, California, y no tardó mucho en convertirse el protagonista de una família judía que tuvo luego dos hijos más. Con solo dos años, aprendió a nadar con su padre cuando se trasladó a vivir a Honolulu. "Tendrían que haber visto a ese niño pequeño adentrarse sin ningún miedo al oceano, como si se quisiera suicidar", asegura su madre Lenore.

Spitz creció tanto y tan rápido que antes de los 10 ya poseía hasta 17 récords nacionales de su franja de edad. A los 16 ganó el cien metros mariposa en la AAU Championship, el que fue el primero de sus 24 posteriores triunfos. Al año siguiente, Spitz hizo su primer récord del mundo en 400 metros libres con un tiempo de 4:10:60, y fue entonces cuando dio el salto a la fama.

En los Juegos de Maccabiah de 1965, su primera competición internacional, ganó cuatro medallas de oro, lo que hacía presagiar un futuro lleno solo de éxitos, pero no fue así. El estadounidense predijo que en los Juegos de Verano de México 1968 ganaría seis oros. "Solo" ganó dos, y por equipos, lo que le llevó a una tremenda decepción. Decidió entonces nadar para la Universidad de Indiana Hoosiers. Ésta fue “la mejor y más grande decisión” de su vida, ya que allí volvió a la senda del triunfo hasta el punto que sus compañeros le apodaron “Mark the Shark”.

En el 1972, en los Juegos de verano de Múnich, Spitz mantuvo su apuesta de hacerse con seis oros. Volvió a equivocarse en el pronóstico. El estadounidense conquistó siete medallas de oro, aunque la última peligró. “Se que antes de todas las pruebas digo que no me tiraré al agua, pero esta vez lo digo en serio. Si compito seis veces y gano las seis, seré un héore; si compito siete y ganó seis, seré un mediocre”, declaró antes de subirse por última vez a lo más alto del podio.

Tras retirarse con solo 22 años y lleno de conquistas, Spitz decidió volver a competir a la edad de 41 años en los Juegos de Barcelona'92, aunque su registro, dos segundos por debajo del tiempo de clasificación requerido, le impidió finalmente participar en las pruebas olímpicas.