Jordi Calafat: “Ganar un oro es como graduarte”

Calafat ganó la medalla de oro junto a Kiko Sánchez en 470. 30 años después sigue dedicándose a la vela

"Hubo un antes y un después con Barcelona’92. El deporte ha cambiado mucho desde entonces"

Jordi Calafat ganó la medalla de oro junto a Kiko Sánchez en 470

Jordi Calafat ganó la medalla de oro junto a Kiko Sánchez en 470 /

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Jordi Calafat (Palma de Mallorca, 14/06/1968) sigue viviendo en su Palma natal y es padre de cuatro hijos. Nunca ha dejado de estar vinculado a la vela y sigue compitiendo. Las regatas son su mundo: “Me paso más de 200 días al año navegando”, asegura a Sport en el Real Club Náutico de Palma.

Queremos recordar con Jordi la medalla de oro que conquistó hace 30 años en las aguas de Barcelona junto a Kiko Sánchez en la clase 470. Un hito que sin duda marca la vida de cualquier persona, pero que cada uno gestiona a su manera: “Para la carrera de un deportista ganar una medalla es como graduarte, acabar tu tesis, es a lo más a lo que puedes aspirar sobre todo en un deporte como la vela en el que normalmente los medios solo se acercan en los Juegos Olímpicos. Para los deportistas de vela los Juegos son lo máximo, es para lo que te preparas, en lo que sueñas cada día y cuando lo consigues es como decir. Ya está, lo he hecho”.

Calafat era consciente de que junto a Kiko Sánchez partían con mucha presión al ser los favoritos y ‘jugar’ en casa, pero el balear lo tiene claro: “El deportista de alto nivel tiene que saber aguantar la presión. La diferencia muchas veces está en ello. Muchos deportistas son muy buenos técnicamente o tácticamente pero parte del deporte es aguantar la presión y estar preparado mentalmente para ello. Es una de las partes que hace la diferencia entre uno que consigue victorias y uno que se queda siempre a las puertas”.

Sin duda Jordi y Kiko la gestionaban a las mil maravillas, no en vano en 1989 y 1990 fueron subcampeones del mundo mientras que en 1992, unos meses antes de los Juegos, se proclamaron campeones en el Mundial de Rota (Cádiz). Era una dupla infalible. 

Calafat explica como ve 30 años después aquel hito: “Cuando ganas una Olimpiada te cambia todo un poco. De repente pasas de ser Jordi Calafat a Jordi Calafat campeón olímpico, es otro apellido que te ponen. A veces es bueno y a veces es malo porque en los últimos 30 años he seguido compitiendo y ha habido competiciones importantes pero siempre queda ese apellido de Jordi Calafat Campeón Olímpico”. 

La recuperación de la medalla

Jordi, que hoy en día se dedica al diseño de velas para una empresa neozelandesa que hace velas para barcos de competición, nos desvela que pese a que hubo un tiempo en que su medalla anduvo desaparecida, la vuelve a tener localizada “apareció en casa de mi madre durante una de mus muchas mudanzas. Pero durante años nadie sabía donde estaba”.

Pero el regatista palmesano resta importancia al objeto en sí: “Tampoco tengo ningún diploma guardado. Al final lo importante es lo que le queda a uno. Incluso mis hijos cuando la recuperé y se la enseñé tampoco le dieron mucha bola. (risas)”.

En este mismo sentido nos explica que esa medalla de oro no marcó mucho su vida: “Recuerdo que a la semana de haber acabado la olimpiada ya estaba en otro barco para cruzar el Atlántico. Creo que depende un poco de cómo es la persona. A mí no me gusta lo de figurar y no creo que me influyera demasiado. Ayuda a conseguir formar parte de proyectos importantes pero no creo que cambiara mucho mi vida”.

Jordi Calafat explicó a Sport como vivió la competición en Barcelona'92

Jordi Calafat explicó a Sport como vivió la competición en Barcelona'92 / VALENTÍ ENRICH

Lo que sí recuerda es como fue la regata que les valió una medalla de oro: “En cualquier competición cuando vas delante es más presión porque tienes que defender tu puesto. Si vas detrás te dedicas a ir remontando. En nuestro caso fuimos liderando desde el primer día hasta el último y a medida que se iba acercando el final de la competición íbamos cambiando un poco la forma de navegar. Estás defendiendo y eso te afecta un poco en tus hábitos. Duermes peor porque piensas ‘otro días más, llevamos ya tres delante, tienes que conseguirlo, queda menos’ y eso hace que cada vez cueste más dormir y comer. En la última regata lo teníamos que hacer muy mal para no ganar”, explica Calafat recordando que la posición 18ª les valía para colgarse el oro que peleaban junto a los estadounidenses Morgan Reeser y Kevin Durham.  

El cambio de Barcelona

Jordi, quien asegura que tiene muy buena memoria y que recuerda todas y cada una de sus regatas, recuerda lo que más le impactó de los Juegos de Barcelona al margen de conseguir la medalla de oro: “Tal vez es la percepción que tenía la gente de España y de Barcelona. La percepción que tenían del español de hacer la siesta… etc. Todo un conjunto de cosas empezó a cambiar desde los Juegos de Barcelona. La manera de organizar un equipo olímpico, las ayudas que teníamos para entrenar, la infraestructura que se creó. En este sentido hubo un antes y un después desde Barcelona’92. El deporte ha cambiado mucho desde entonces, el profesionalismo está ahora en todos lados y creo que Barcelona’92 fue la primera piedra, sobre todo para los deportes minoritarios. El nivel de profesionalización vivió un gran cambio”.

Treinta años después Calafat asegura tener “la misma motivación por hacerlo bien y mejorar. El espíritu competitivo lo sigo teniendo, pero tal vez la parte intuitiva va desapareciendo con la experiencia”. Ya saben, si quieren encontrarlo busquen en el mar.

La perfecta gestión de la ventaja desde el inicio de la regata

La vela española se convirtió en un valor seguro en el medallero de España en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92 con un total de cinco medallas. Una de ellas la consiguieron Jordi Calafat y Kiko Sánchez en la clase 470, fue un oro muy celebrado y a la vez muy sufrido, aunque Calafat asegura que lo tenían controlado desde que el primer día se pusieron líderes. 

La pareja, que se formó para ese ciclo olímpico, partía como favorita al triunfo y, como tal, el primer día se puso ya en primera posición. Ello, que de entrada firmaría cualquiera, se convirtió en un handicap puesto que tuvieron que gestionar el liderato desde el primer día hasta el último. No fue nada fácil, les afectó mucho psicológicamente. Navegar en Barcelona, ante los tuyos, y tener que defender el primer puesto todos los días costó horas de sueño a Jordi y Kiko. En la penúltima regata estaba prácticamente decidido el oro para la dupla española cuando de repente el viento les jugó una mala pasada. Paró. Se había cambiado el horario de la regata para que TVE pudiera retransmitir la conquista del oro y no se tuvo en cuenta el parte meteorológico. Tenían que esperar un día más. Otra noche sin dormir. Acabando en la posición 18ª eran campeones... Su 470 llegó el 18º. El oro era suyo. 

¿Crees que los de Barcelona siguen siendo los mejores JJ.OO. de la historia?

Igual que todos los regatistas, Jordi Calafat valora muchísimo que la vela pudiera por fin compartir ciudad y villa olímpica con el resto de deportistas: “Yo he estado en dos Juegos así que no puedo opinar por todos, pero sí puedo decir que para los regatistas tener la Villa Olímpica a cinco minutos caminando de donde estaba ubicada la competición de vela no tiene precio. En Atlanta eran como tres o cuatro horas de distancia. Para mí fueron los mejores pero no puedo compararlo con tantos que ha habido”.