Belmonte y Craviotto lideran una España de alegría, corazones... y móviles

El momento llegó, los Juegos Olímpicos de Tokio ya están aquí. Y con ellos la esperanza de la delegación española, que tiene el anhelo de superar las 22 medallas de Barcelona 1992, tope histórico del olimpismo español. Saúl Craviotto y Mireia Belmonte encabezaron a los más de 50 deportistas que representaron a España en la ceremonia de inauguración de los Juegos, portando la bandera acompasados, al ritmo de la música, escondiendo una imaginable sonrisa de oreja a oreja tras la mascarilla.

La delegación española saltó al Estadio Olímpico de Tokio en el puesto 88 tras la delegación de Sudán, en el orden determinado por el alfabeto japonés. Los deportistas españoles salieron conjuntados, de blanco y rojo, saludando a las cámaras y a los pocos espectadores que había en el Estadio, entre los que hemos podido ver a Juan Antonio Samaranch, exvicepresidente del Comité Olímpico Internacional, y Marisol Casado, presidenta de la Federación Internacional de Triatlón (ITU) y miembro del COI.

Con pose tímida durante los primeros metros del desfile pero visiblemente emocionados, los representantes se fueron animando poco a poco, a medida que iban avanzando, interactuando con la cámara, mandando saludos en forma de corazón y con el teléfono móvil en mano para inmortalizar uno de los momentos más especiales de sus carreras.

La timidez fue menguando y la alegría entre los asistentes se fue contagiando, hasta provocar los saltos del combinado nacional al ritmo de la música, que finalizaban la apertura de unos Juegos de Tokio que, esperemos, llenen de éxito el palmarés olímpico español.