Tokio y su gafe con los Juegos

El COI aplaza los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

 Los JJ.OO. se aplazan hasta 2021, como muy tarde / ZML

Sport.es

Tokio parece que tenga el gafe en la organización de unos Juegos Olímpicos. Este martes se ha visto obligado a aplazar un año la celebración de la cita olímpica programada inicialmente para este verano, pero no es la primera vez que la ciudad japonesa se enfrenta a una tesitura con unos Juegos de por medio.

La capital nipona tenía que convertirse en la primera ciudad asiática en celebrar unos Juegos Olímpicos. El 31 de julio de 1936, en Berlín, fue elegida para albergar la edición de 1940 superando a Roma y Helsinki y los Juegos se programaron del 21 de septiembre al 6 de octubre.

Renuncia a los de 1940 por la guerra chino-japonesa

Tokio se puso manos a la obra, pese a que estalló la segunda guerra chino-japonesa, Japón estaba acosando a China y los países occidentales no veína con buenos ojos que organizara los Juegos así que presionaron hasta que lograron que Tokio, en 1938, renunciara a la organización de las olimpiadas pese a tener muchas de las obras adelantadas.

La Segunda Guerra Mundial los cancela

Tras la renuncia, los Juegos se adjudicaron a Helsinki, la ciudad que perdió la votación de Berlín por 36 votos a 27 que solo tenía dos años por delante para prepararse. Pero estalló la Segunda Guerra Mundial y los Juegos de 1940 jamás llegaron a celebrarse. Tampoco se llevaron a cabo los de 1944, cuya sede era Londres.

En 1964 Tokio cumple su sueño de ser olímpica

No fue hasta 1964 cuando Tokio, con 34 votos, pudo hacer realidad el sueño de organizar unos Juegos Olímpicos tras ganar la votación a Detroit (10), Viena (9) y Bruselas (5). Se convirtió en la primera ciudad asiática en albergar unas Olimpiadas.

Este año Tokio se vuelve a encontrar con la imposibilidad de celebrar sus Juegos a su debido tiempo. En esta ocasión la causa es muy diferente. Una pandemia causada por el coronavirus ha obligado al Comité Olímpico Internacional y al Comité Organizador a aplazar la cita un año. Un mal menor si tenemos en cuenta el problema en los Juegos de 1940, pero ello no evita pensar en el gafe que tiene Tokio con los Juegos.