Marzo, mes límite para el futuro de Tokio 2020

Avanza el calendario inexorablemente hacia la fecha del 23 de julio, día en que deberían inaugurarse los Juegos de la XXXII Olimpiada en la ciudad japonesa de Tokio. Sin embargo, a día de hoy, la celebración del evento deportivo por antonomasía continúa siendo un verdadero quebradero de cabeza para Japón, el Comité Organizador, COI y deportistas. La decisión del país asiático de elevar el nivel de alerta y las medidas de seguridad para evitar la propagación del coronavirus han proyectado una alargada sombra sobre los Juegos Olímpicos. 

Decisión compleja

En los últimos días han surgido multitud de especulaciones en torno al futuro de la fecha olímpica. Incluso desde el propio Comité Organizador se envían mensajes aparentemente contradictorios. Toshiro Muto, jefe ejecutivo del ente encargado de la organización de los Juegos, negó la mayor y tildó de falsas las noticias que hablaban de una reunión de alto nivel en febrero para cancelar la competición. El presidente del mencionado comité, Yoshiro Mori, admitió que se están buscanso soluciones, de momento, para decidir si permitir o no la entrada de aficionados a los diversos recintos deportivos. “Se deberá tomar una decisión muy difícil entre febrero o marzo”, señaló Mori en rueda de prensa.

Sin embargo, voces discordantes cercanas al gobierno de Yoshihide Suga se han alzado en las horas recientes. Takeshi Niinami, asesor del primer ministro y reputado empresario nipón, opina que en marzo debería abordarse la cancelación definitiva de los Juegos Olímpicos. Unas palabras que han tenido un fuerte impacto en la opinión pública del país del Sol Naciente, al tratarse de una voz autorizada a nivel económico. “No estoy seguro de si podremos celebrarlos, pero debemos hacer todo lo posible”, matizó posteriormente el propio Niinami.

El 24 de marzo de 2020 se optó por posponer a 2021 la fecha olímpica. Aún hay margen de reacción y se confía en llegar a un acuerdo por parte de todos.