JUEGOS OLÍMPICOS RÍO 2016

Michael Phelps: Las incontenibles lágrimas de su adiós

Michael Phelps fue incapaz de contener la emoción tras su triunfo y tampoco en lo más alto del podio

Phelps, emocionado tras su último triunfo

Phelps, emocionado tras su último triunfo / sport

Sergio Vera

Acababa de celebrar su<strong> 23º oro olímpico con sus compañeros Murphy, Miller y Peaty</strong> cuando probablemente Michael Phelps se dio cuenta de que había sido su última dentellada. El último mordisco del 'Tiburón de Baltimore'. Una leyenda decía adiós. Se despedía de su hábitat. De una piscina donde no ha habido nadie como él. Y allí, con un Centro Acuático de Río de Janeiro totalmente rendido a sus pies, Phelps no pudo contener las lágrimas.

Las lágrimas de un hombre que cuando nada se convierte en una auténtica máquina prácticamente indestructible. Ante la mirada atenta de su prometida Nicole Johnson y con su pequeño hijo de tres meses Boomer presente en las gradas, Phelps dice adiós convertido en el mejor nadador de todos los tiempos. "No es el final de una carrera. Es el comienzo de un nuevo viaje. Estoy muy entusiasmado con eso", recordaba antes de saltar por última vez al agua. Nicole y Boomer son los dos principales motivos que propiciaron su resurrección y ahora pondrá toda su energía en crecer de nuevo junto a ellos.

No se movió nadie de las gradas. Ni el retraso mermó la resistencia de los presentes que esperaron para ver a Phelps y sus compañeros en lo más alto del podio. Fueron presentados uno a uno con ovación enorme para un Michael Phelps sonriente y feliz. 

Las notas del himno estadounidense hicieron brotar de nuevo las lágrimas en los ojos de un emocionado Phelps. Su último título, su último podio. Después se sucedieron los los aplausos, las fotos y el paseo con una gran bandera donde se leía: "Thank you, Rio!". Hasta siempre, Michael.