ATLETISMO/JUEGOS OLÍMPICOS DE RÍO DE JANEIRO 2016

Las lágrimas de Lavillenie, las más amargas de los Juegos

El francés Renaud Lavillenie se colgó la medalla de plata más amarga de todos los Juegos Olímpicos. El podio fue su peor momento

Lavillenie no pudo contener las lágrimas de rábia en el podio del salto de pértiga

Lavillenie no pudo contener las lágrimas de rábia en el podio del salto de pértiga / sport

ÀNGELS FÀBREGUES

El pertiguista francés Renaud Lavillenie llegaba a los Juegso Olímpicos de Río de Janeiro como claro favorito para llevarse la medalla de oro en el salto de pértiga. Sin embargo, en una emocionante final, debió conformarse con la medalla de plata con su 5.58 al ser superado por el nuevo ídolo local, el brasileño Thiago Braz da Silva, que superó los 6.03 metros, nuevo récord olímpico.

Durante la competición, el galo sufrió el mal comportamiento del público brasileño, que aún no ha entendido que esto del atletismo y otros muchos deportes no funcionan como el fútbol y que las pautas de conducta son otras. Pitaban al atleta francés en todas sus carreras de aceleración para que errara en su salto y Lavillenie al final se hartó. Gestos pidiendo silencio y negando con la cabeza para recriminar el comportamiento de la grada provocó el efecto contrario y cada vez era más silbado.

Tras su concurso, el galo cometió el error de comparar el comportamiento del público brasileño con el ambiente duro que se vivió en el año 1936 contra Jesse Owens en los Juegos de Berlín. Lavillenie, posteriormente pidió perdón a través de su cuenta de twitter por ese comentario.

Pero cuando llegó un día después el momento de subir al podio, el galo no pudo reprimir las lágrimas. Volvió a escuchar una sonora pita que incluso el propio Thiago Braz da Silva intentó parar con gestos hacia sus compatriotas. Fue inútil. Durante la iza de las banderas al son del himno de Brasil, Lavillenie no pudo aguantar más la presión y sus lágrimas brotaron de sus ojos sin cesar. Estaba triste, dolido y decepcionado. Regresará a casa con una medalla de plata en el cuello, pero será su medalla más amarga.