Londres 2012

Javier Gómez Noya, ¡plata en triatlón!

Javier Gómez Noya se desquitó de la desilusión de Pekín 2008, donde quedó a la orilla del podio en el cuarto puesto, y terminó segundo en Londres 2012 para conseguir la medalla de plata olímpica, un nuevo premio para el deporte español

Xavi Llobet

Todas las previas avisaban que los metales se los jugarían los temidos hermanos Brownlee, Alistair y Jonathan, y el español Javier Gómez Noya. Pero si repasamos la historia del triatlón en el calendario olímpico, Sídney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008, comprobaremos que, hasta ahora, este favoritismo suponía una losa para los candidatos a la gloria olímpica.

Simon Withfield (CAN) en Sídney, Hamish Carter (NZL) en Atenas y Jan Frodeno (GER) en Beijing son los campeones olímpicos de la corta historia del triatlón en los JJOO, que, sin embargo, nunca fueron considerados como líderes para las grandes preseas. Para los grandes nombres del multideporte ser un firme candidato era motivo de angustia y de doble presión para enfocar la prueba olímpica.

Hyde Park esperaba a los 56 guerreros para la gran batalla. Día fresco y nublado en Londres, aunque uno de los factores que temían los triatletas tras ver la carrera femenina, la lluvia, no apareció y no afectó a la prueba.

Natación rapidísima encabezada por Varga que rompía el gran grupo. Solo seis eran capaces de seguir el demoledor ritmo impuesto por el eslovaco, entre ellos los grandes favoritos: los hermanos Brownlee y el español Gómez-Noya. A unos 20” aparecía el gran grupo y a más de 1¿ el siguiente contingente con los españoles Josemi Pérez y Mario Mola.

Durante dos vueltas, el quintento de cabeza luchó para conservar y ampliar las diferencias, pero el ímpetu del grupo perseguidor, liderado por grandes nombres como: Atckinson (AUS), Docherty (NZL), Frodeno (GER), Riederer (SUI), Hauss y Vidal (FRA), Silva (POR) o Kemper (USA), entre otros, llevó a una neutralización sobre el kilómetro 12.

Fue entonces, cuando apareció la archiconocida táctica británica, el gregario de la armada británica, Stuart Hayes, cumplió con su rol y llevó al primer grupo, formado por 22 unidades hasta la T2. La presión oprimía a las delegaciones británicas y españolas, claras favoritas al podio, al comprobar que fuertes galgos se bajarían a correr.

Efectivamente, después de una rápida transición Alistair y Jonathan Brownlee, junto el gallego Javier Gómez-Noya imponían un fuerte ritmo dejando sin opción al resto de sus rivales. En la primera vuelta del tercer sector la ventaja del trío cabecero ya era de 20” respecto a los franceses Hauss y Vidal, los primeros terrenales.

En el km 6 el grande de los Brownlee azotaba un fuerte cambio y rompía el terceto. Sin mirar atrás, volaba alrededor del Serpentine Lake hacia el oro olímpico. A escasos segundos, Gómez-Noya afianzaba su sueño plateado, cicatrizando por completo la herida abierta hace 4 años en Beijing. Mientras, por detrás, el hermanísimo se conformaba con la tercera plaza del podio. ¡Por fin! Se cumplía la confirmación analizada en las jornadas anteriores, los favoritos conquistaban el podio olímpico.

Mario y Josemi realizaban una extraordinaria carrera finalizando en los puestos 19º y 24º respectivamente. Excelente experiencia para estos jóvenes talentos, asegurando un magnífico futuro para el triatlón español.

La espectacular lucha sin cuartel que se ha vivido en la cuarta olimpiada del triatlón, el numerosísimo público congregado en el carismático parque londinense y, sobre todo, el brillante resultado cosechado por la delegación española: una plata y un diploma (7ª plaza de Ainhoa Murua), auguran una gran vitalidad para este exigente y espectacular deporte.

Por Xavi Llobet, triatleta olímpico en Atenas 2004. Campeón iberoamericano en Jaén 2006 y Campeón del Mundo y de Europa por equipos.

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