"Mamá, yo solo quiero jugar a fútbol"

"Después de la sanción de la FIFA, Patrice Soussia (uno de los niños que estaría en el origen de la sanción) me llamó para decirme que esa decisión le hacía mucho daño. Su situación podría quizá regularizarse, pero estaba preocupado porque la decisión iba a bloquear la salida de otros jóvenes cuyo sueño es ir a La Masia. Estos chicos sufren aquí en Africa. Normalmente, no tienen de qué vivir. Yo recuperé a Soussia de la calle. Sus padres no tenían los medios para enviarlo al colegio. Pagué su pensión en la escuela primaria llevándole a mi centro de formación. Después, le envié a la Fundesport, la fundación de Samuel Eto'o".

Esto es lo que contaba hace unos meses en la web FootAfrica365.com Josué Chatué, primer mentor de Patrice Soussia cuando éste aún estaba en Camerún. Y este viernes se celebra el juicio en el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) por la sanción de la FIFA al FC Barcelona por el fichaje irregular de jugadores menores de edad. Una vez más, el Barça ha puesto en marcha toda su maquinaria jurídica para buscar el perdón, aunque sea solo parcial, del TAS. El objetivo, poder fichar si no en este próximo mercado de invierno, si por lo menos en el verano del 2015, sin tener que esperar a enero del 2016.

La historia de Patrice Soussia es la de muchos de los niños y jóvenes que están en el FC Barcelona y en otros muchos clubes españoles y europeos. Al igual que muchos padres ricos llevan a sus hijos a grandes colegios europeos o norteamericanos, muchos padres pobres africanos o de cualquier otra parte del mundo, ven en La Masia un sitio donde sus hijos pueden crecer, si, como futbolistas, pero también como personas.

Parece claro que el Barça ha incumplido el reglamento de la FIFA en este tema. De acuerdo. Que pague. Pero, ¿por qué tienen que pagar los pobres niños y jóvenes? ¿Es un delito querer jugar a fútbol? ¿Es un delito que unos padres quieran lo que consideran mejor para sus hijos? ¿Alguien piensa en estos niños? ¿Qué es peor que jueguen incumpliendo unas leyes o que estén a miles de kilómetros de sus casas y encima sin poder jugar?

"Mamá, yo solo quiero jugar a fútbol", me cuentan que le decía uno de los niños implicados a su madre. Un niño a quien a ver como le explicas que no puede jugar por culpa de unas leyes injustas y ante las que nadie hace nada para cambiarlas. A los dirigentes de la FIFA solo les preocupa sus viajes, su vida en lujosos hoteles y sus almuerzos y cenas en los mejores restaurantes. Y al Barça parece que solo le preocupa que pueda fichar más Douglas y Vermaelens cuánto antes mejor.

Pero de los niños, de esos 17 niños que nadie habla y que están sin jugar, nadie parece preocuparse. Y ellos, y no tanto el Barça, son aquí las verdaderas víctimas de todo este lío.