Dani Alves, la gran amenaza para el oro de la Roja

Lo suyo es de auténtica leyenda. Dani Alves, a sus 38 años, no solo lleva el brazalete de Brasil en los JJOO de Tokio sino que es el líder deportivo y moral de una selección que busca su segunda medalla de oro consecutiva. El ex del Barça es, sin duda, el jugador a tener en cuenta para la España de Pedri y Eric García en la finalísima del sábado (a las 13:30 CEST).

Alves se lo toma todo a pecho, y cuando la CBF le regaló una de las tres plazas reservada para los mayores de edad olímpica, tras el fiasco de no poder contar con Neymar Jr., estaba clarísimo que el ahora jugador del Sao Paulo lo daría todo para sumar un entorchado inédito en su impresionante palmarés: la medalla de oro olímpica. Tras ganar el Campeonato Paulista, el incombustible lateral aumentó su tiranía como el futbolista más laureado de la historia con 41 títulos, seguido por Leo Messi con 38, después del Maracanazo en la final de la última Copa América.

Con la Seleçao olimpica, Dani sigue marcando las diferencias: es el futbolista brasileño que más balones ha recuperado (16), quien más ha dado pases decisivos a lo largo del torneo (14), quien ha dado más driblings (14), quien más centros correctos ha hecho (8) y quien más balones ha interceptado (7).

La final de Yokohama es una oportunidad única, e irrepetible, para que Alves se cuelgue un oro, que ratificaría el dominio brasileño en la especialidad, ya que la Seleçao disputará su tercera final consecutiva, tras la plata en Londres 2012 y el anhelado triunfo en Río 2016. Con el bronce en Pekín 2008, e independientemente del resultado de esta sábado, la Canarinha se ha asegurado cuatro Juegos en el pódium y sumará 7 medallas algo inédito.

"Nos falta un partido, que es la final, es el último paso y tenemos que mantener la concentración y el enfoque, porque es muy difícil ganar los partidos enfrentando a rivales tan diferentes, porque esto exige una nivel de adaptación muy grande", asegura el capitán Alves, que destaca el buen trabajo realizado por su seleccionador, André Jardine, y el cuerpo técnico, "nuestro staff viene haciendo un gran trabajo pasándonos todas las informaciones sobre rivales que no conocíamos y la verdad es que el resultado está siendo muy bueno".

Brasil llega a la final con dudas futbolísticas: en las semifinales no pasó del 0-0 contra México, a quien derrotó en los penaltis, y , en los cuartos de final, sufrió lo indecible para superar por la mínima (1-0) a Egipto. La Seleçao ha hecho un torneo olímpico de más a menos, ya que ha sido incapaz de mantener la buena imagen del debut, cuando goleó 4-2 a Alemania en la que era la reedición de la final de Río 2016.