Guerra en el este de Europa

Ucrania pide ahora aviones de combate tras asegurarse la entrega de tanques occidentales

El debate empieza a tomar forma entre los aliados de Kiev con puntos de partida muy diferentes

Dos personas pasan junto a un busto de Lenin en la localidad oriental de Bajmut.

Dos personas pasan junto a un busto de Lenin en la localidad oriental de Bajmut. / EFE

Ricardo Mir de Francia

La guerra no se detiene, como tampoco lo hacen las presiones de Kiev a sus aliados para que aporten nuevas tipologías de armamento, cada vez más potente y sofisticado. Un día después de que Alemania Estados Unidos desbloquearan el envío de tanques a Ucrania

, el Gobierno de 

Volodímir Zelenski

 ha puesto sobre la mesa su próxima aspiración: los cazas de combate de última generación. Unas demandas que han abierto el debate en las cancillerías occidentales, las mismas que ya rechazaron hace meses el envío de estos aviones por el temor a desencadenar un conflicto directo entre Rusia y la OTAN. Pero si algo se ha demostrado en estos 11 meses de contienda, es que todo tabú es susceptible de dejar de serlo de forma gradual por el afán de la Alianza Atlántica de impedir la victoria rusa.

Los ucranianos lo saben y lo están aprovechando con inteligencia. “No querían darnos artillería pesada, pero lo hicieron. No querían darnos sistemas HIMARS y lo hicieron. Tampoco querían darnos tanques y ahora se disponen a entregarlos. Excepto las armas nucleares, no hay nada que no vayamos a conseguir”, ha dicho este jueves con cierta soberbia el asesor del ministerio de Defensa ucraniano, Yuri Sak. La aspiración de Kiev no solo son los F-15 y F-16 estadounidenses, sino “cualquier aeronave de cuarta generación”, lo que podría incluir también los Rafael franceses o los Gripens suecos. “Las ventajas en el campo de batalla serían inmensas”, ha apostillado Sak.

Propulsado por los países bálticos, el debate en las cancillerías occidentales está en marcha, según publica ‘Político’, y podría acelerarse a medida que los aliados de Ucrania vuelvan a reunirse el mes que viene en la base estadounidense de Ramstein (Alemania). Como ya pasó con los tanques, los puntos de partida difieren. Eslovaquia dijo el mes pasado que está “listo” para enviar a su aliado eslavo algunos de sus cazas soviéticos MIG-29, mientras que el ministro de Exteriores holandés declaró recientemente en el Parlamento que su país está dispuesto a contemplar la entrega de F-16 si Kiev lo solicita. “Tenemos la mente abierta, no hay tabús”, afirmó Wopke Hoekstra.

Reticencias aliadas

Pero otros países se han mostrado hasta el momento mucho más reticentes a remozar la flota de Ucrania, que ha recurrido hasta ahora a viejos cazas soviéticos. “No habrá envíos de aviones de combate a Ucrania”, dijo el miércoles el canciller alemán Olaf Scholz ante el Bundestag, donde compareció para explicar su decisión de enviar tanques Leonard 2 a Ucrania y autorizar a otros países que los tienen en sus arsenales a hacer lo propio. Unos tanques que, según Berlín, empezarán a llegar a destino en abril, poco después que los británicos, que aspira a enviarlos a finales de marzo. “Esto se dejó muy claro hace tiempo, también por parte del presidente de EEUU”, añadió el canciller.

Pero la música ha empezado a cambiar en Washington. “No hemos descartado ningún sistema específico. Hemos tratado de adaptar nuestra asistencia a cada una de las fases bélicas que afrontan los ucranianos”, dijo este jueves el viceasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jon Finer. Su Gobierno designó este jueves al grupo de mercenarios Wagner como “organización terrorista transnacional” y anunció nuevas sanciones contra la milicia paramilitar que lucha codo a codo junto a las fuerzas rusas.

Los riesgos de la guerra subsidiaria

En el debate sobre las armas a Ucrania, el riesgo estuvo siempre en que Rusia diera por hecho que se enfrenta a la OTAN en una guerra subsidiaria o de ‘proxies’ y recurra a las armas nucleares al sentirse acorralada. Eso ha hecho que países como EEUU insistan en que sus armas no deben utilizarse para atacar a Rusia en su propio territorio. Pero cada vez es más evidente que esta se ha convertido en una guerra subsidiaria, como dijo este jueves en otras palabras el portavoz del Kremlin, respondiendo al compromiso occidental para enviar tanques a Ucrania. “Moscú percibe todo lo que la Alianza y sus capitales han estado haciendo como una implicación directa en el conflicto. Y vemos que está creciendo”, dijo Dmitry Peskov.

Horas antes su ejército había lanzado un nuevo ataque masivo sobre una docena de provincias ucranianas. Un total de 55 misiles, de los cuales, 47 habrían sido interceptados por las defensas locales, según Kiev. El bombardeo dejó al menos 11 muertos.