Reportaje

Tinder y juguetes de casa, 'armas' de la guerra artesanal de la resistencia en Ucrania

La población civil modifica drones para poder realizar tareas de vigilancia y espionaje contra el enemigo | Algunos soldados rusos han sido ubicados mediante aplicaciones de móvil y redes sociales

Las redes sociales se han convertido en un nuevo elemento a tener en cuenta durante la guerra.

Las redes sociales se han convertido en un nuevo elemento a tener en cuenta durante la guerra. / EPE

David López Frías

Ya han pasado dos meses desde que empezara la invasión rusa a Ucrania. Lo que para Putin se iba a solventar con una guerra relámpago, como en Georgia en 2008 (un conflicto que se resolvió en 12 días), en Ucrania parece haberse encallado. Las hostilidades se recrudecen en el frente y la población civil ucraniana trata de ayudar con los pocos recursos que tiene a mano.

Y como la necesidad agudiza el ingenio, son muchos los civiles que están aprovechando situaciones y herramientas cotidianas como artilugios de batalla contra el ejército ruso. Drones de juguete convertidos en máquinas de guerra, pequeños perros que detectan minas, aplicaciones como Tinder o Findmy para ubicar posiciones del enemigo o grupos vecinales de Telegram para delatar al enemigo. Estas son algunas de las ideas que están tomando forma entre la población ucraniana que no ha huido del país y se ha quedado a resistir.

El caso de las geolocalizaciones mediante redes sociales se está dando especialmente en apps de encontrar pareja. El primer caso conocido fue el de Dasha Synelnikova, una ucraniana de 33 años y residente en Kiev que contó su historia a The Sun. Reveló que varios soldados rusos se habían puesto en contacto con ella mediante la aplicación. Así pudo ver que el invasor que la rondaba se encontraba muy cerca de la ciudad de Jarkov.

"Yo resido en Kiev, pero cambié mi ubicación a Jarkov como me recomendaron mis amigos, para comprobar si las tropas ya habían llegado allí", explicaba la mujer, contando al menos una docena de soldados rusos le escribieron, muchos de ellos a 20 kilómetros. Que revelaban su posición geográfica y que posaban con armas en la mano. Fue así como pudieron ubicar a aquellas tropas. Dasha incluso mantuvo una conversación con uno de ellos. Andrei, de 31 años, que le explicó hasta su ciudad de procedencia.

Cazados por Instagram

No es la primera vez que las redes sociales le complican la vida a los soldados en una guerra. Guillem Colom, doctor en Seguridad Internacional, cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, medio que pertenece al mismo grupo editorial que este diario, que esta situación ya se dio en el anterior conflicto entre Ucrania y Rusia allá por 2014: "El inadecuado uso de las redes sociales por parte de soldados rusos comprometió alguna operación y puso en duda la versión oficial de Moscú sobre su no implicación en el conflicto. En este sentido, las fotografías compartidas por el soldado Alexander Sotkinen en su cuenta de Instagram lo geolocalizaban dentro de las fronteras ucranianas, más concretamente entre los pueblos de Krasna Talycha y Krasny Derkul, ambos controlados por las fuerzas rebeldes. Otros soldados, como Vladislav Laptev o Mikhail Chugunov, publicaron en su perfil de VKontkte (una red social rusa similar a Facebook) fotografías de los convoyes militares rusos desplazándose a la frontera ucraniana o publicaciones asegurando que 'dispararon toda la noche contra Ucrania'". 

En la misma línea de la geolocalización, hay una aplicación de Apple que permite hacer un seguimiento GPS de los productos de esta marca, y que también está siendo usada en este conflicto. Una aplicación diseñada para localizar un ordenador, un teléfono o incluso unos auriculares en caso de robo. En este contexto de guerra, algunos soldados rusos saqueaban las ciudades que invadían, haciéndose con algunos de estos productos Apple. Fue así como se ubicó a algunos soldados que habían robado unos cascos inalámbricos, según explicó el político y periodista bielorruso Franak Viacorka, que incluso subió a su cuenta de Twitter la ubicación de unos airpods robados.

Telegram vecinal

La aplicación de mensajería más popular en la zona donde se está disputando el conflicto es Telegram, que es una app desarrollada en Rusia. Una de las características de la misma que la diferencia de Whatsapp es que cuenta con canales donde se puede compartir información. La resistencia ucraniana ha encontrado en esos espacios un lugar donde dar pistas sobre el enemigo.

"El gobierno montó canales para que los ciudadanos avisasen de los movimientos de las tropas rusas. Estaban orgullosos que cierto convoy con camiones municionadores del lanzacohetes BM-27 Uragan había sido reportado por muchos vecinos de una misma calle", le cuenta a este diario Jesús Manuel Pérez, analista de seguridad y defensa y autor del blog Guerras Posmodernas.

"Gente de la comunidad ucraniana me cuenta que en muchos pueblos la gente ha montado grupos de Telegram para ayudarse e informar de los movimientos rusos. Incluso hubo un reportero de 'Der Spiegel', Christoph Reuter, que documentó las atrocidades rusas en un pueblo ocupado y contó que los soldados les quitaban los móviles a los civiles ucranianos para revisar las apps y mensajes", prosigue Pérez.

Drones domésticos

"Tenéis algún dron? ¡Dádselo a un piloto experimentado! ¿Sabes pilotarlo tú mismo? Entonces, ¡únete a la Unidad 112 de la Brigada Especial de Kyiv!”.

Esa fue la consigna del Ministerio de Defensa de Ucrania en una publicación que subió a su cuenta de Facebook el pasado 24 de febrero. Instaba a todos los propietarios de drones del país a emplearlos como herramientas de guerra. Este conflicto entre Rusia y Ucrania se está caracterizando por el empleo de drones militares como instrumentos para espiar o guiar misiles o incluso bombardear. Hay uno llamado The Punisher que está resultando especialmente efectivo a la hora de bombardear sin ser detectado, dado su reducido tamaño. El precio de estos drones asciende a unos 200.000 euros.

Pero desde el gobierno ucraniano también vieron las posibilidades de los drones domésticos como recurso de la resistencia. Aparatos desde 100 euros que no han sido diseñados para la batalla, pero que muchos civiles tenían en sus casas y pueden ser empleados para espiar. "Cualquier dron civil de cierto nivel, bien estabilizado y con buenas cámaras, puede costar 500 o 700 euros, que es una diferencia brutal con los militares", explica Alejandro Millán del blog militar Por Tierra, Mar y Aire."Los típicos drones con 4 rotores son muy útiles en misiones de reconocimiento y vigilancia. Hay que tener en cuenta que podrían ser fácilmente perturbables sus sistemas de navegación y comunicación con el piloto. Pero se pueden modificar con piezas que se pueden adquirir en tiendas de aeromodelismo online, pero también en Aliexpress, para incorporar sistemas de comunicación bastante seguros frente a interferencias", prosigue.

Recuerda Alejandro que "evidentemente no es lo mismo un dron civil, no tiene las mismas capacidades que los militares. Pero si tú pones una flota aérea de miles de drones civiles, baratos, que son muy difíciles de detectar y de derribar, a apoyar a tus tropas en tareas de vigilancia, en entornos urbanos y periurbanos, desde las viviendas, pueden contribuir a apoyar a tu ejército. El enemigo se ve sobrevolado por una miríada de drones que no saben ni de dónde les vienen".

Hay que recordar que el ejército ucraniano tiene una unidad especializada de drones militares, llamada Aerorozvidka, que fue creada tras la guerra de Crimea. Sin embargo, el uso de los drones civiles también tienen un contrapunto negativo para el que lo emplea: algunos de los propietarios ucranianos utilizaban unos drones de marca DJI, que tiene un sistema de geolocalización. Los rusos supieron usar un software para ubicar a los pilotos de dichos drones y bombardearlos. El viceprimer ministro de Ucrania, Mykhailo Fedorov, denunció esta situación pidiendo públicamente a la compañía de drones que "bloquee sus productos, ya que están ayudando a Rusia a matar a niños y civiles".

Bombas y queso

Por último, uno de los principales temores de las autoridades ucranianas es el estado en el que quedan las ciudades que han sido atacadas por los rusos. En el entorno de las mismas suelen dejar lo que los ucranianos llaman "regalos de los rusos", que no son más que minas antipersonas con las que siembran las zonas menos devastadas de las ciudades y sus alrededores.

Para identificarlas, Ucrania ha recurrido a perros entrenados en estas suertes. Especialmente uno llamado Patron se ha erigido en héroe de guerra canino. Es un ejemplar de la raza Jack Russell Terrier, tiene sólo dos años y ha sido entrenado para encontrar minas. Su reducido peso hace que los explosivos no detonen a su paso. Y la facilidad con la que, según las autoridades ucranianas, detecta la pólvora, ha hecho de este ejemplar un efectivo más del ejército en las zonas castigadas.

  • Patron es la mascota de la unidad de artificieros de Chernigov, que explicaban al Daily Mail que le recompensan dándole queso. Las características de esta raza de perros ha hecho que se hayan convertido en los ejemplares más cotizados para enseñarles a ubicar las minas en el subsuelo. A falta de otros sistemas de detección más caros, y ante la urgencia de la situación, estos perros de pequeño tamaño hacen la misma función para servir al ejército ucraniano.