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Naciones Unidas

Lavrov asegura que Rusia no tiene intención de atacar a la OTAN pero advierte de una "respuesta decisiva” ante cualquier agresión

El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, en representación de Moscú ante la Asamblea General de la ONU ha asegurado que el Kremlin está abierto a negociaciones para acabar con la guerra en Ucrania sin contar con Kiev ni los países europeos

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se dirige a la 80.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el sábado 27 de septiembre de 2025, en la sede de la ONU.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se dirige a la 80.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el sábado 27 de septiembre de 2025, en la sede de la ONU. / Pamela Smith |AP

María Mondéjar

María Mondéjar

La conclusión que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, asegura extraer de la semana de reuniones y ponencias en la Asamblea General de la ONU es la existencia de una fractura entre las naciones que defienden un mundo multipolar, donde todos los Estados gocen de soberanía, y aquellas que buscan mantener un orden mundial unipolar. En su particular división entre el buen y el mal hacer de los integrantes de Naciones Unidas, Lavrov ha aprovechado para arremeter contra la Alianza Atlántica, a quien acusa de querer expandir su control hacia el este, y contra Europa, que según él "está obsesionada con el utópico objetivo de asestar una derrota estratégica a Rusia”.

Además, Lavrov ha asegurado no tener ningún interés en sentarse a negociar con Kiev o con los países europeos un “acuerdo de paz justo” sobre Ucrania. "Hasta ahora, ni Kiev ni sus patrocinadores europeos parecen comprender la urgencia de la situación y no están dispuestos a negociar un acuerdo de paz justo", ha declarado el jefe de la diplomacia rusa ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Por el contrario, ha evitado cargar contra la administración estadounidense, con la que mantiene abierta la comunicación para negociar el reparto de territorios en un hipotético futuro alto el fuego en Ucrania.

Aparte del ataque directo contra Kiev, Moscú tiene ahora otro frente abierto. En el último mes, el Kremlin ha tensado la cuerda en sus relaciones con los países europeos, especialmente en el flanco oriental, donde se han reportado supuestas violaciones del espacio aéreo por parte de aeronaves rusas en lo que analistas interpretan como un intento de poner a prueba tanto las defensas europeas como la cohesión de la OTAN. "A Rusia se le acusa de prácticamente planear un ataque contra la Alianza del Atlántico Norte y los países de la Unión Europea. El presidente Putin ha desmentido repetidamente estas provocaciones, Rusia no tiene, ni ha tenido, ninguna intención de ese tipo", ha asegurado Lavrov. "Sin embargo, cualquier agresión contra mi país será respondida con una respuesta decisiva. Que no quepa duda de ello ni en la OTAN ni en la UE", ha concluido el representante ruso.

Tensiones en el Este de Europa

Las repetidas incursiones de drones y aeronaves en el espacio aéreo de países como Estonia, Polonia, Rumanía o Polonia han llevado a la UE a acelerar los preparativos para levantar un “muro antidrones” que refuerce la seguridad en la región ante las amenazas rusas y el peligro de una guerra híbrida. 

Por su parte, el Comité militar de la OTAN ha celebrado este sábado una reunión en Riga para retomar las cuestiones que quedaron pendientes en el encuentro de la Alianza en junio. En el centro de las conversaciones figura la necesidad de fortalecer la disuasión y la defensa colectivas frente a las amenazas de Moscú, de acuerdo con un comunicado de la institución. "Dos veces en el espacio de dos semanas, el Consejo del Atlántico Norte se ha reunido bajo el Artículo 4. Numerosos aliados, incluidas Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Noruega, Polonia y Rumanía han experimentado violaciones de su espacio aéreo por Rusia", ha apuntado este sábado el presidente del Comité Militar de la Alianza Atlántica, Giuseppe Cavo Dragone, quien además ha advertido de las similitudes entre las maniobras recientes de Rusia con las que Moscú llevó a cabo al comienzo de la II Guerra Mundial.

En este contexto, Rusia rechazó en su momento ante el Consejo de Seguridad de la ONU las acusaciones de haber entrado en espacio aéreo de la OTAN y las tachó de "histeria antirrusa" y “teatro del absurdo”. Este sábado, Lavrov ha vuelto a negar las violaciones del espacio aéreo de varios por parte de Rusia. “Nunca apuntamos con nuestros UAV o misiles a países de Europa, ya sean miembros de la UE o países de la OTAN”, ha remarcado. Asimismo, ha mostrado una aparente disposición de Rusia a despejar las dudas sobre estos hechos mediante reuniones con Polonia y ha insistido en que el Kremlin "no tiene nada que esconder", al tiempo que ha aprovechado para insinuar que en otros casos, sin especificar cuáles, Ucrania habría sido responsable de incidentes atribuidos a Rusia.

Negociaciones congeladas

Pese a su acercamiento hostil a las posiciones occidentales, el representante del Kremlin ha mantenido un tono más conciliador al referirse a Estados Unidos y a la administración de Trump. En ese sentido, Lavrov ha agradecido al gobierno estadounidense que “propusiera reanudar el diálogo” y ha subrayado que, pese a las diferencias en los intereses nacionales de ambos países, mantienen una política de diálogo abierto.

No obstante, las relaciones entre Washington y Moscú se han enfriado recientemente. Tras meses de presión al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que llegara a un acuerdo y asegurar que “no tiene las cartas” para ganar la guerra, Trump aseguró a través de sus redes sociales el pasado 23 de septiembre que Ucrania estaba ahora “en posición de luchar y recuperar toda Ucrania en su forma original”. El presidente estadounidense llegó incluso a calificar a Rusia de “tigre de papel”, aludiendo a su debilidad.

Aun así, las palabras del líder republicano, que prometió acabar con el conflicto en Ucrania en menos de 24 horas, no implican un cambio sustancial en la política estadounidense frente a unas negociaciones por un alto el fuego estancadas, que Moscú condiciona a que se acuerden de forma fiable “la seguridad de Rusia y sus intereses vitales”.

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Vía: El Periódico

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