Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Trump 2.0

Seis claves para entender el cierre de Gobierno en EEUU: despidos y problemas para viajeros

Demócratas y republicanos luchan en un acérrimo pulso político, mientras los funcionarios se quedan sin sueldo y solo los servicios públicos esenciales siguen funcionando a marchas forzadas

El presidente Donald Trump habla en el Despacho Oval de la Casa Blanca, el martes 30 de septiembre de 2025, en Washington

El presidente Donald Trump habla en el Despacho Oval de la Casa Blanca, el martes 30 de septiembre de 2025, en Washington / Alex Brandon / AP

Irene Benedicto

Irene Benedicto

Barcelona

Estados Unidos ha entrado en fallo operativo, y las perspectivas de desbloqueo en las primeras horas no son prometedoras. El Gobierno de Estados Unidos ha echado el cierre en la medianoche de martes a miércoles al ser incapaz de aprobar un plan de gasto federal para mantener el país en funcionamiento normal. El presidente Donald Trump acusa del bloqueo a los demócratas, que no le dieron los votos que necesitaba. Mientras, la oposición demócrata parece comenzar a despertar un año después de que Trump regresara a la Casa Blanca y argumenta que no puede dar luz verde a los recortes que propone el partido del presidente, que dejarían sin subsidios para los seguros de salud a más de 15 millones de personas, y otros 24 millones verían un incremento del 75% en las primas de sus seguros a final de año. Las votaciones 'in extremis' en el Senado no lograron el quorum necesario para aprobar la extensión de la financiación de los fondos federales.

A continuación, seis claves para entender este bloqueo de un país más polarizado que nunca, en el que los legisladores luchan en un acérrimo pulso político, los funcionarios se quedan sin sueldo y donde solo los servicios públicos esenciales siguen funcionando, y a marchas forzadas:

Qué es un cierre de Gobierno

A pesar de tener la mayoría en ambas cámaras legislativas, los republicanos precisan del apoyo demócrata para conseguir el mínimo de 60 votos para aprobar la prórroga del gasto público. En concreto, con 53 escaños, les hacen falta al menos 7 votos tránsfugos. Pero no hubo acuerdo cuando la fecha límite llegó esta madrugada, lo que deja a la Administración sin fondos para operar.

Sin dinero para las diferentes patas de los servicios públicos, muchos de estos deberán suspenderse, se ralentizarán o se darán a costa de que los funcionarios trabajen sin cobrar. Los cierres no son inéditos: el más largo, también bajo Trump, duró 34 días en 2018. Sin embargo, la coyuntura actual apunta a un impacto más profundo y duradero.

Por qué los demócratas bloquean el presupuesto

El epicentro de la disputa es la financiación sanitaria, pues los demócratas buscaban que el Gobierno se aviniera a destinar más financiación a la sanidad con la extensión de los subsidios al Obamacare que expiran a finales de año, algo que provocará importantes alzas en los seguros sanitarios para las clases medias. Trump ya convirtió el sistema de salud en su blanco con lo que ha llamado su "Ley Grande y Bella" por la que prevé desmantelar los seguros médicos de las rentas más bajas (Medicaid), algo que se materializaría pasadas las elecciones de medio mandato en noviembre de 2026.

La defensa de la salud pública se ha convertido en el eje del bloque demócrata que, hasta ahora, aparecía fragmentado. Los republicanos, conscientes de que se trata de un flanco vulnerable, rechazan las condiciones y proponen únicamente una prórroga corta sin concesiones. El pulso refuerza a los demócratas como bastión opositor frente a una de las reformas más impopulares de la agenda presidencial.

Consecuencias inmediatas

Cientos de miles de empleados públicos serán enviados a casa sin sueldo o deberán trabajar sin cobrar desde este miércoles. En paralelo, Trump ha comenzado a implementar un plan para eliminar 275.000 puestos federales, con los primeros 100.000 despidos efectivos desde este mismo martes. Esto hace temer que medidas tomadas como temporales, lleguen para quedarse.

Los servicios considerados esenciales —seguridad nacional, control aéreo, fuerzas armadas, agencias como el FBI o la DEA— seguirán en funcionamiento, aunque con personal reducido y sin remuneración hasta que haya un acuerdo político. En cambio, organismos culturales y de atención al ciudadano, como museos o parques nacionales, desde la Estatua de la Libertad en Nueva York hasta Alcatraz en San Francisco, colgarán el cartel de 'cerrado'. Los juzgados federales se verán afectados en cuestión de días.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han suspendido las comunicaciones relacionadas con la salud dirigidas al público. Se han interrumpido algunas actividades de recopilación de datos y análisis económicos, incluido el informe mensual del paro, que debía publicarse el viernes. La mayoría de los litigios civiles del Departamento de Justicia se han detenido y no se concederán nuevas becas de educación.

Impacto a largo plazo

El temor entre sindicatos y expertos es que se repita el patrón de la Administración Trump, que declarando situaciones de emergencia, normaliza la toma de decisiones unilaterales y excepcionales. La eliminación de puestos en la Administración podría consolidar un desmantelamiento estructural del Estado, alineado con la ideología de Trump de recortar programas sociales y reforzar el control de la seguridad, como ya promovió cuando puso a su entonces aliado Elon Musk al frente del que llamó Departamento de Eficiencia Gubernamental.

Además, la Justicia federal solo dispone de reservas para unos días. Después, deberá limitarse a casos de emergencia. El sistema judicial, clave para frenar o impugnar políticas presidenciales, sufriría una parálisis con consecuencias en cascada para trabajadores despedidos, inmigrantes en procesos de deportación o contratistas del Gobierno.

El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, el demócrata Hakeem Jeffries (centro) habla en las escaleras del Capitolio para insistir en que los republicanos no recorten los subisdios para los seguros de salud de las personas con rentas más bajas, condición impuesta por la oposición para aprobar los presupuestos

El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, el demócrata Hakeem Jeffries (centro) habla en las escaleras del Capitolio para insistir en que los republicanos no recorten los subisdios para los seguros de salud de las personas con rentas más bajas, condición impuesta por la oposición para aprobar los presupuestos / J. Scott Applewhite / AP

Lastre económico

Un cierre prolongado amenaza con frenar el crecimiento económico. Históricamente, incluso cierres breves han reducido el PIB. Ahora, con un mercado laboral estancado y una guerra arancelaria en curso, los efectos podrían ser más graves.

Los economistas alertan de que la interrupción del gasto federal afectará al consumo y a la confianza inversora. La congelación de programas de ayuda alimentaria podrían dejar sin apoyo a millones de familias de bajos ingresos. Las pequeñas empresas, que dependen de créditos y permisos estatales, se verían especialmente vulnerables.

En paralelo, el cierre de parques nacionales y monumentos turísticos tendría repercusiones directas sobre el sector turístico, con pérdidas económicas añadidas para hoteles, aerolíneas y comercios vinculados al flujo de visitantes.

Perspectivas de resolución

El desenlace dependerá de la resistencia de cada bloque. Las bancadas presentarán sus dos propuestas este miércoles en el Senado, donde se espera que ambas fallen en asegurar los votos necesarios para su aprobación, prolongando el cierre. En el Senado, la mayoría republicana necesita siete votos demócratas para avanzar su paquete de financiación provisional, que habría mantenido al Gobierno operativo otras siete semanas. Por su parte, los demócratas tampoco han logrado los 13 apoyos que requería su propuesta, que destina más financiación para la sanidad con una extensión de los créditos de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare), que expirarán a finales de este año. El presidente Donald Trump acusa sin pruebas a la oposición de querer financiar servicios de salud para inmigrantes indocumentados, algo que los demócratas niegan.

El precedente de 2018 mostró que las presiones ciudadanas y empresariales pueden forzar un acuerdo, especialmente si se acumulan retrasos en aeropuertos y pérdidas salariales. Sin embargo, el cruce de culpas entre republicanos y demócratas deja pocas señales de compromiso inmediato.

Suscríbete para seguir leyendo

Vía: El Periódico