Muerte de Isabel II

La última noche de Isabel II en el Palacio de Buckingham

El cuerpo de la soberna partira este miércoles en procesión hacia Westminster Hall

El féretro de la reina Isabel II llega a Londres

Agencia ATLAS / Foto: Reuters

Begoña Arce

La reina Isabel II volvió en la noche del martes por última vez al

Palacio de Buckingham

. Miles de personas que llevaban horas esperando bajo la lluvia recibieron con vítores y aplausos la llegada del coche fúnebre a la residencia, símbolo de monarquía británica y hogar oficial durante décadas de la soberana. En el interior, el ataúd fue recibido por su hijo Carlos 

y sus nietos Guillermo y Enrique, junto a otros miembros de la familia real. El féretro quedó instalado en la Habitación Arco, (Bow Room) que da al jardín y debe su nombre a su amplia ventana. Allí debía pasar la noche, tras un breve trasladado a la Habitación del Trono, para que los empleados de Palacio pudieran despedirse de ella. 

Este miércoles a primera hora, el ataúd partirá en medio de un solemne desfile en un armón, camino de Westminster Hall, con Carlos III al frente. La procesión recorrerá a lo largo de 40 minutos la gran avenida del Mall, hasta llegar a Whitehall, sede los cuarteles generales del gobierno y a la Plaza del Parlamento. La ceremonia podrá ser seguida por el público en grandes pantallas instaladas en los parques reales, aunque la previsión del tiempo es disuasoria.    

El privilegio de Ana

El avión que trasladó a Londres el cuerpo de Isabel II desde Edimburgo había aterrizado a las siete de la tarde en el aeródromo militar de Northolt, al oeste de la capital tras una hora de vuelo. Los restos de la soberana viajaron en un avión militar C-17 Globemaster de la Royal Air Force, el tipo de aparato utilizado recientemente en el envío de armas y ayuda humanitaria a Ucrania. Los mismos modelos también que se emplearon para evacuar a personal y refugiados en Kabul en el 2021, cuando la capital afgana cayó en manos de los talibanes, según confirmó un mando castrense a la

BBC

. En la pista, mojada por la lluvia en un día de presagio otoñal, la primera ministra Liz Truss y el titular de Defensa, Ben Wallace, formaban parte del pequeño grupo que esperaba el cadáver. Fue un recibimiento silencioso, sin desfiles, ni himnos.

Acompañando el féretro de su madre iba Ana, su única hija, quien ha permanecido junto a los restos de la reina desde el fallecimiento el jueves. En un comunicado, la princesa agradeció, “el privilegio de haberla acompañado en estas últimas jornadas. El haber presenciado el amor y el respeto que tantos han mostrado en estas jornadas ha sido una lección de humanidad edificante”.

Mayores medidas de seguridad de la historia

El funeral de Isabel II el próximo lunes implicará la mayor operación de seguridad en la historia del Reino Unido. Más compleja aún que la inauguración de los Juegos Olímpicos en el 2012 o que los funerales de la Reina Madre y de Diana de Gales. Jamás se han reunido al mismo tiempo en la capital tantos presidentes, jefe de Estado, jeques, miembros de la realeza europea y dignatarios internacionales como en esta ocasión. El recién nombrado jefe de la policía Metropolitana de Londres, Mark Rowley, ha descrito la celebración como “un desafío masivo”, pero afirma que la seguridad está garantizada. El despliegue contará con 10.000 miembros de las fuerzas policiales y otros 1.500 efectivos del ejército, con francotiradores distribuidos los tejados de los edificios situados en puntos clave. La vigilancia se reforzará con la ayuda de varios helicópteros. De acuerdo con fuentes policiales, el plan es complejo, pero muy preciso y se lleva preparando desde hace mucho tiempo.

Dos millones de personas

Todos los mandatarios mundiales llegarán a la capital británica con sus propios equipos de seguridad. De acuerdo con los medios británicos, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden acudirá a la Abadía de Westminster desde un lugar secreto en el Oeste de Londres.

 En las calles de la capital, las autoridades esperan una muchedumbre que podría alcanzar los dos millones de personas. “Londres puede estar a rebosar. Estamos esperando colas de 12 o 15 horas para ver el féretro y preocupa que esas filas atraigan a los criminales”, ha declarado la antigua superintendente de Scotland Yard, Parm Sandhu. “Las muchedumbres pueden ser objetivo terrorista” señala, al tiempo que advierte de lo difícil que será circular incluso a pie por el centro de la capital donde ya hay números, calles y plazas cortadas al tráfico.