Adriana Cerezo: "Que sea la primera de muchas y no más de plata ni de bronce"

La madrileña rozó el oro, pero se tuvo que conformar con la plata

"He sido yo la que ha perdido", reconoció la taekwondista española

Adriana Cerezo, primera medallista española en Tokio

Adriana Cerezo, primera medallista española en Tokio

EFE

La taekwondesa española Adriana Cerezo Iglesias se mostró contenta pero insatisfecha tras ganar este sábado la medalla de plata en la categoría de menos de 49 kilos, y deseó "que sea la primera de muchas y no más de plata ni de bronce".

"Me voy a tirar unos días pensando en esos segundos", dijo Cerezo al pasar por la zona mixta tras recibir su metal, el primero de la expedición olímpica española, aunque no el que ella esperaba, el oro, que se le escurrió en los últimos siete segundos del combate tras una certera patada de la tailandesa Panipak Wongpattanakit.

"He sido yo la que ha perdido", dijo la madrileña, que explicó que a una profesional de la categoría de Wongpattanakit, actual número uno del mundo y bronce en Río 2016, "no puedes darle una oportunidad como esa, porque la coge".

La madrileña, muy severa con su propio desempeño en el último combate, considera que ahora es tiempo "de trabajar en eso", porque "no puede repetirse", y dijo que lo único que le queda es "marcharse" y seguir mejorando, participando en más torneos y entrenando para que este sea el pistoletazo de salida de una prolífica carrera.

La española, que tuvo su debut olímpico en Tokio, perdió por un ajustadísimo margen de 11-10 frente a la tailandesa.

Preguntada en una rueda de prensa posterior, Cerezo, de tan sólo 17 años y que es la benjamina de la expedición olímpica de España, se dijo "muy contenta de abrir la lata" del medallero olímpico español, aunque los últimos compases de la final no salieran como ella y su equipo habían planeado.

Pese a haber pisado el podio con cierta amargura, pues una victoria más clara de Wongpattanakit no le hubiera sentado tan mal, la madrileña dijo haber disfrutado "mucho" del día. "Las emociones te mantienen en tensión y las horas pasan voladas", declaró.