Brooks Koepka impone su tiranía en el ranking mundial

Brooks Koepka demostró en Memphis que es el mejor del mundo

Brooks Koepka demostró en Memphis que es el mejor del mundo / AFP

Ramon Palomar

Ramon Palomar

Si hay un claro dominador del golf mundial como en los mejores años de Tiger Woods, ese es el joven estadounidense, Brooks Kopeka. Ganador de cuatro ‘Grandes’ en las dos últimas temporadas, se 'estrenó’ en las Series Mundiales de Memphis con un triunfo incontestable, y la sensación de que nadie pude hacerle sombra.

Koepka, que jugó visiblemente enfermo en el torneo de Memphis, procedente de Irlanda del Norte la semana anterior donde disputó el Open, dio una lección de golf, y regularidad, para llevarse el torneo, su primera victoria en las Series Mundiales, y la sensación de que está dos peldaños por encima del resto ahora mismo.

Koepka, que empezó curiosamente su trayectoria profesional ganadora en el campo de La Graiera, en el ‘Challenge de Catalunya’, en 2012, es ahora el mejor jugador del mundo sin discusión, abriendo un hueco a sus perseguidores como nadie había logrado en los dos últimos años.

Mejor registro del renking mundial

Tras su triunfo en Memphis, se ha colocado al frente de la clasificación mundial con una media de 12,68 puntos, el mejor registro logrado por ningún profesional en los dos últimos años. El último que logró ese registro fue Dustin Johnson, que llegó a 12,71.

Aunque la diferencia de liderazgo entre Koepka y Johnson, es el hueco que ha logrado abrir con sus perseguidores en el ranking mundial. Koepka le saca precisamente al segundo clasificado, Dustin Johnson un total de 3,2 puntos, la distancia más importante en el ranking mundial desde julio de 2017.

Entonces Johnson llegó a contar con 4,3 puntos de renta sobre el segundo, Jordan Spieth, aunque éste ganó la semana siguiente el Open Championship, y las diferencias con el primer clasificado ya se redujeron a más de 3 puntos. Desde entonces, solo Kopeka ha logrado abrir esa diferencia.

Superioridad abrumadora

Y es que la sensación de superioridad este joven fornido formado en la Universidad de Florida, es abrumadora. En su corta carrera profesional en el PGA Tour que empezó en 2014, ha logrado siete victorias en el circuito estadounidense.

Aunque seis de esos siete triunfos los ha logrado en los dos últimos años, con cuatro ‘Grandes’ en su currículum, dos US Open consecutivos (2017 y 2018) y dos PGA Championships (2018-189). Nadie duda que acabará ganando el Masters –acabó segundo este año-,  y el Open –cuarto en Portrush).

Su regularidad y seguridad en su juego la demostró el último día del St Jude Invitational en Memphis. Apenas llegó 45 minutos antes de empezar a jugar, y sin apenas calentamiento, salió al campo, y con una tarjeta de -5 se llevaba la victoria sin despeinarse.

Preparado mentalmente

“Siempre tomo menos tiempo de preparación el domingo”, explicaba. “No necesito tirar bolas porque ya estoy preparado, a diferencia de otros jugadores que necesitan mucho trabajo previo. No entro en pánico y seguro que no lo visteis en mi cara en toda la vuelta”, dijo.

Y es que una de las virtudes de este espigado jugador es su capacidad de mantener el control emocional en toda la vuelta. Y casi diría, de toda la temporada.

Gracias a su gran regularidad ya se ha asegurado la primera posición de la FedEx Cup, que finaliza esta semana con el Wyndham Championship. Un torneo que esquiva porque acabará primero, y que le reportará un ‘bonus’ de dos millones de euros. Su salto en la clasificación es brutal. Décimo en la campaña 2016-17 y noveno en las 2017-18.

Ahora, a por los play-offs

Ahora llegan los play-offs de la FedEx Cup, en la que solo toman parte los 125 mejores del ranking del PGA Tour, y quiere levantar más títulos hasta final de temporada. “El año no ha terminado, todavía tengo cosas que lograr, y espero hacerlo en las próxima semanas”, asegura.

“Esta semana de descanso me permitirá recargar fuerzas hasta la primera cita en el Northern Trust”. Seguro que será el jugador a batir en los torneos millonarios que vienen por delante. Y el espectáculo con él en el campo, también está asegurado.