Una posesión de lo más estéril

El Girona cayó el martes pasado en Almería

El Girona cayó el martes pasado en Almería / @GIRONAFC

Carles Rosell

Pablo Machín convirtió al Girona en un equipo de autor. Con él en el banquillo se labró un estilo determinado. Una manera de jugar que, gustara más o menos, obtuvo resultados. Además de un histórico ascenso, se consiguió una meritoria permanencia en su primer año en la máxima categoría. Su marcha dio paso a una transición que todavía no ha llegado a ninguna parte.

Puede que precipitadamente, pero el caso es que el club quiso dejar atrás la velocidad por banda, los centros al área, las altas revoluciones y el juego directo, para apostar por tener el balón. Mimarlo, cuidarlo. No funcionó con Eusebio y se perdió la categoría. Ahora con Unzué, la cosa tampoco cuaja. Y eso que se cuenta con la plantilla más cara de la categoría, plagada de peloteros. Se aplaude de puertas hacia afuera el dominio de la posesión; algo que, hasta ahora, no ha servido de nada. Ha sido de lo más estéril.

Son seis las jornadas disputadas hasta la fecha y en la mayoría, el Girona ha tenido más la pelota que el rival. Puede parecer una paradoja, pero siempre que esto ha ocurrido, el equipo ha sido incapaz de ganar. Ha pasado en cuatro ocasiones. La más reciente, en Almería. La posesión fue para los de Unzué. Un 51,5 por ciento a favor, pero no hubo apenas ocasiones claras y el pitido final vino acompañado con una derrota. La tercera. En Cádiz, más de lo mismo. 63,7 por ciento, la cifra más elevada de este curso, pero también un tropiezo. Y solo dos disparos entre los tres palos. En Albacete (54,7 por ciento) y en el estreno frente al Sporting (59,7) la posesión también fue rojiblanca. En esos casos, tampoco se ganó: derrota en el Belmonte y empate en Montilivi. 

Lo curioso del caso es que las dos únicas veces que el rival ha tenido el balón ha sido cuando el Girona ha ganado. Le pasó ante el Málaga (47,2) y Rayo (42,4). Y esto, en un equipo amparado por el City de Guardiola y que cuenta con hombres como Borja García, Samu Sáiz, Jozabed Sánchez y compañía en plantilla, suena de lo más extraño. Suficiente para hacer una reflexión.