Último adiós a Isidre Sala, leyenda del Girona

El futbolista con más partidos en la historia del club, fallecido el miércoles con 81 años, fue enterrado hoy en Vilamalla

Pere Pla y Mariano Lloveras recuerdan al mítico jugador rojiblanco, destacando que "era un señor en el campo y también como persona"

Isidre Sala es es el futbolista con más partidos disputados en la historia del club (432) | Girona FC

Isidre Sala es es el futbolista con más partidos disputados en la historia del club (432) | Girona FC / Isidre Sala es es el futbolista con más partidos disputados en la historia del club (432) | Girona FC

Carles Rosell

El Girona vive unos días de luto por el fallecimiento a los 81 años y tras una larga enfermedad de Isidre Sala, el jugador con más partidos en la historia del club. Son 432 repartidos en 13 temporadas. Siempre en Tercera División, nunca en la élite. Sala fue enterrado este sábado en Vilamalla y aquellos que le rodearon acercan un poco la figura de la leyenda rojiblanca.

“Si hubiera querido triunfar en el mundo del fútbol, lo habría conseguido de sobras”. La frase la dice Pere Pla y él sí llegó a Primera. Y eso que Sala tenía condiciones por haber llegado más arriba. El techo, eso sí, llegaba en 1968, cuando jugó los Juegos Olímpicos de México con la selección española. Una historia curiosa, la del ampurdanés. Se tomaba el fútbol como un pasatiempo, compaginandolo con los negocios familiares.

Fue una referencia del club y también por todos aquellos que tuvimos el placer y la suerte de jugar con él”. Pla coincidió un par de temporadas en el Girona. Se llevaban varios años pero esto no les impidió formar una fuerte amistad. “Era un fuera de serie, como persona y también como futbolista. Un señor sencillo y humilde”. Sus caminos se volvieron a cruzar cuando Sala entrenó a Pla en el Olot. “Te sabía poner en tu sitio”, rememora. Entonces, rescata una anécdota de cuando compartían vestuario. “Tenía un físico privilegiado. Era delgado pero no necesitaba entrenar demasiado para estar en buena forma. Además, no le gustaba mucho y siempre que podía, se fugaba. ¡Y eso que era el capitán! Eso sí, cuando llegaban los partidos, el que más corría y saltaba era él”. Solo encuentra una objeción: “La lástima, entre comillas, es que nunca quiso irse de aquí porque el fútbol era una afición y suficiente. Siempre quiso quedarse en el Girona. Con eso y los negocios con el ganado le bastaba”.

El testimonio es casi calcado al de Mariano Lloveras, que aterrizó en Vista Alegre en la década de los sesenta. Siguiendo el consejo de su hermano mayor, se acercó a Sala. “Él ya le conocía de una etapa anterior en Figueres y me dijo que era muy buena persona y que me aconsejaría”. Le hizo caso y no se arrepiente lo más mínimo. Coincidieron en el vestuario, en el césped, y también fuera del fútbol. Incluso cantando, entre amigos, después de una buena fiesta. Sólo encuentra buenas palabras, ni un solo reproche. “Era un señor en el campo y también como persona. Era admirado por todos y eso cuesta de encontrar. Aparte, era un gran defensa, un excelente futbolista y nunca le vi un feo dirigido a algún rival”.

Como Pla, reitera en la idea de que “hubiera podido marcharse a Primera perfectamente, porque tuvo ofertas, pero entendía el fútbol de otra manera y él era feliz haciendo lo que hacía”. Y lo remata: “Hable quien hable, todo el mundo tendrá buenas palabras de él”. Así era Isidre Sala. Buena gente, como lo recuerdan los suyos. Y también un pedazo de historia del Girona, con 432 partidos oficiales. Difícil, por no decir imposible, repetir.