Stuani salva los muebles de un Girona muy frágil atrás

El Girona empata 'in extremis' ante el Zaragoza

Sergi Montes

El Girona no pudo dar un golpe de autoridad en la Romareda que sí llegó durante la primera media hora. Los catalanes se pusieron 0-2 ante un Zaragoza desarbolado y fallón, pero el boquete en la defensa de los de Martí, un desastre atrás, permitió a los de Víctor Fernández remontar el resultado tan adverso. La hombrada parecía completa por la paupérrima zaga de los rojiblancos, faltos de intensidad, rigor y juego durante buena parte del choque. Sin embargo, Stuani se encontró con otro penalti vía VAR, al igual que el 3-2 del voraz Luis Suárez, y pudo rescatar un punto a tiempo, evitando la primera derrota de la era Pep Lluís Martí y salvando los muebles. De 30 minutos perfectos a una mezcla entre la nada y la debilidad en su propia área que solo evitó el bochorno con el gol número 13 del pichichi uruguayo en lo que va de Liga Smartbank.

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Liga Smartbank

3
3
Alineaciones
Zaragoza
Ratón; Delmás, Nieto, Grippo, Guitián; Guti, Eguaras, Soro, Álex Blanco (Papunashvili, 73'); Javi Puado (Javi Ros, 83') y Luis Suárez (Linares, 85').
Girona
Juan Carlos; Maffeo, Ramalho, Alcalá, Mojica; Gumbau, Granell (Marc Gual, 83'); Borja García, Álex Gallar (Samu Sáiz, 72'), Jairo (Aday, 62'); y Stuani.

El Zaragoza impuso más ritmo de inicio, en vano. El Girona, en dos zarpazos, cobró una jugosa ventaja como quien no quiere la cosa. En ambos casos con protagonismo indirecto de los erráticos blanquillos y singular de un Borja García que curiosamente llegó entre algodones. El mediapunta se sacó un remate rápido y ajustado al palo a un balón puesto por Maffeo desde el extremo derecho. Y después, un robo de Stuani a Eguaras, con la colaboración de Grippo al resbalar y caerse, permitió al de Torremocha de Jarama adentrarse en el área, perfilarse y definir con clase.

Los maños, muy largos en el campo, tragaron saliva y pasaron a caldear el ambiente. Aparcaron sendos despistes en la zaga, y encerraron a los de Martí en busca del 1-2. Una diana que llegó de la manera más inesperada, seguramente la más absurda de todas. Juan Carlos controló regular un balón y Luis Suárez, voraz y con una fe indomable, se interpuso para hacerle pagar el error.

El 1-2 causó migraña al Girona. No tanto en el tramo final del primer acto como en la reanudación. El bajón anímico se vio refrendado con el 2-2 de Javi Puado, un golazo de espuela tras un gran recurso del jugador del Espanyol cedido en los aragoneses. Los agujeros en defensa, que se convirtió en un queso gruyere con muy poca chicha del Zaragoza, soliviantó a Martí. Los de Víctor Fernández arrollaban por momentos al equipo gerundense, tratándole como una marioneta.

El Girona, carente de mordiente, se serenó con el paso de los minutos, privando al Zaragoza de imponer su ímpetu. Poco a poco, jugando más tiempo en campo contrario, se animaban los rojiblancos. Fue un espejismo. La pérdida de solidez, alarmante, se acrecentó hasta que un penalti raro y muy riguroso por manos de Ramalho permitió a Luis Suárez completar la remontada con el 3-2 desde los once metros. Eran los peores momentos del Girona desde la llegada de Martí, pero no todo estaba dicho. En otro giro de guión, unas manos en el área del Zaragoza fueron señaladas como penalti vía VAR, al igual que en el segundo gol de Luis Suárez. El 3-3 definitivo, obra del de siempre, Stuani.