Stuani, pendiente de las pruebas para volver

No están todos, pero cada vez habrá más. El Girona, que todavía no ha hecho ningún fichaje en los días que el mercado de verano hace que está abierto -sin contar al entrenador Míchel Sánchez, claro-, está a la espera de que se incorporen los futbolistas con permiso y que no iniciaron la pretemporada con el resto de compañeros. Ayer, Cristhian Stuani y Pape Diamanka pasaron las pruebas PCR y los análisis pertinentes, como lo hizo el resto del grupo ahora hace una semana, y, si no hay ningún positivo inesperado, esta mañana entrenarán por primera vez bajo las órdenes del técnico madrileño.

Los casos del delantero uruguayo y el centrocampista senegalés son diferentes: mientras Stuani, emblema del vestuario y referencia indiscutible de un club que lucha sin suerte para volver a Primera, renovó su compromiso hasta el 2026, el futuro de Diamanka es un interrogante que podría acabar con el jugador instalándose en Montilivi o haciendo las maletas para volver a marcharse, como ya pasó el verano pasado, en que su paso por el Albacete no salvó el conjunto manchego del descenso a Primera RFEF.

El goleador no se toca

Nadie discute el protagonismo de Stuani en el Girona. El goleador, con una gran lealtad, amplió su vínculo con la entidad rojiblanca rebajándose el sueldo. Un ejemplo que todo el vestuario debería tener presente, ahora que Cárcel intenta hacer equilibrios para cuadrar el límite salarial. Esta por ver quién lo acompaña en ataque y si el físico no le juega una mala pasada, tras sufrir un calvario la pasada temporada.