Samu Sáiz despierta en el mejor momento para el Girona

Vuelve la tranquilidad a Montilivi. La calma se mezcla con la euforia. La que generan los últimos resultados y el ver el Girona instalado en puestos de play-off. La situación ha cambiado por completo y lo ha hecho de la noche a la mañana.

En tres jornadas, se ha pasado de tener el ascenso directo a 11 puntos, a situarse a 5 de la segunda plaza. A estar fuera de la promoción a entrar de pleno en ella. Son 7 puntos de 9 posibles y tres jornadas seguidas sin perder, algo que hasta la fecha el equipo solo había logrado una vez, también con Pep Lluís Martí en el banquillo.

Esta vez, la última gesta no lleva la firma de Cristhian Stuani. Algo extraño, teniendo en cuenta que el uruguayo era el culpable de haber sumado puntos en las últimas jornadas. Sus goles eran imprescindibles. Y más importancia ganaban cuando, este pasado mes de enero, la dirección deportiva decidía abrir la puerta de salida a Marc Gual, segundo máximo anotador de la plantilla. Pero el sábado, contra un rival directo como es el Huesca, el tanto de la victoria fue obra de otro futbolista: Samu Sáiz.

El madrileño no podría haber escogido un mejor momento para estrenarse. Su gol puede significar un punto de inflexión. La confirmación de un equipo marcado por la irregularidad que parece haber encontrado su camino al mismo tiempo que ha presentado candidatura para el ascenso. 

Sáiz se quita un peso de encima con este tanto. Porque confirma que la lesión que le ha tenido más de un mes fuera de combate es cosa del pasado. Y al mismo tiempo, despeja las dudas que se habían generado con su rendimiento.

Despertó mucha expectación su fichaje. Por él se pagaron unos dos millones y medio de euros, una de las cantidades más altas que jamás ha gastado el club. Pero hasta la fecha, los destellos de calidad habían aparecido en cuentagotas. Un par de buenas actuaciones saliendo desde el banquillo y gracias. Hasta que el sábado, contra uno de los equipos que nutren su currículo, marcó un gol que puede valer su peso en oro.

Riesgo cierra con llave

Una de las claves del resurgir del Girona es que, por fin, el equipo ha logrado la solidez que requiere una competición tan exigente como lo es la Segunda División. El equipo se pasó once partidos seguidos, contando los de Liga y Copa, encajando goles sin descanso. Así era imposible lograr cierta regularidad. Hasta que Asier Riesgo, con ayuda de todo el colectivo, ha conseguido cerrar con llave. Son ya 204 minutos sin recibir ningún gol. El último, el que le anotó Tejera, del Oviedo. Después, ni Fuenlabrada ni tampoco Huesca han sido capaces de batir al meta vasco.