El Girona rozó la gesta

Carles Rosell

El Girona, que necesitaba ganar por dos o más goles en el Ciutat de València, se ha adelantado con un gol de Mojica pero ha acabado empatando y dice adiós a la Copa del Rey. Otra vez los dieciseisavos de final se convierten en el techo del equipo rojiblanco.

104571

Copa del Rey

1
1
Alineaciones
Levante
Langerak, Pedro López, Postigo, Cabaco, Luna, Samu García, Campaña, El Hacen (Bardhi 66¿), Jason (Youssouf 86¿), Nano Mesa (Morales 58¿) y Boateng.
Girona
Iraizoz, Maxi Villa, Ramalho, Bernardo (Boulaya 63¿), Carles Planas (Diaby 25¿), Mojica (Pedro Porro 79¿), Timor, Aleix Garcia, Douglas Luiz, Marlos Moreno y Olunga.

Soñar es gratis. Y más para el Girona. Que no le vengan con milongas al equipo de Machín, capaz de sobrellevar desilusión tras desilusión hasta subir a Primera, o de vencer con todas las de la ley al Real Madrid en Montilivi. Por más difícil que se presentaba la gesta -en este caso remontar un 0-2 y encima a domicilio- a los rojiblancos no les tembló el pulso a la hora de ir a lo suyo. No se pisó el Ciutat de València para pasar el rato. Ni con los menos habituales sobre el césped, como era el caso. Intentar dar la vuelta a la eliminatoria, por más difícil que pareciera, fue la misión de un conjunto, el catalán, que salió a por todas desde el pitido inicial.

“Tendremos nuestras opciones porque somos un equipo valiente”, había vaticinado Machín en la previa. Y tras los primeros remates de Ramalho, Maxi Villa y Olunga -esta última la más clara de la primera media hora- llegaría el tanto de Mojica para poner emoción al duelo. El colombiano, que no marcaba desde hacía más de dos años, conectó con la zurda una gran asistencia de Marlos Moreno. Con una hora por delante, todo podía pasar. 

 El Levante, que antes de empezar el choque lamentaba las ausencias de última hora de Rober y Doukouré -ambos iban a ser titulares- tuvo el empate nada más empezar el segundo tiempo, tras un primer acto en el que anduvo algo disperso y desaparecido. Fue Boateng, con un disparo cerca del palo. Pasó unos minutos antes de que Boulaya entrara al campo y jugara sus primeros minutos oficiales con el Girona. No era el primer cambio de Machín, que tuvo que dar entrada al joven Diaby en el primer acto por un Carles Planas que, tras un cabezazo, acabó la noche en observación en un centro hospitalario.

Faltaba un gol para forzar la prórroga y superado el arreón inicial de los locales, el Girona tuvo el segundo en dos ocasiones consecutivas. El cabezazo de Diaby se perdió por poco antes de que Aleix rematara algo desviado desde fuera del área. Pero apareció Morales. Necesitó tan solo un cuarto de hora en el campo para coger el balón en la frontal y batir a Iraizoz con un disparo cruzado. Era el empate.

Un gol doloroso para los gerundenses, que necesitaban, ahora sí, un milagro para pasar ronda. Viendo que la cosa estaba más que complicada, Machín decidió dar entrada al juvenil Pedro Porro. Ya sin tiempo, y pese a que no habría servido para nada, Olunga falló un gol cantado en la última acción. La gesta, al fin, se quedó a medias.