La puerta a cero se hace de rogar

El Girona ha encajado goles en todos los partidos disputados hasta ahora

El equipo de Míchel está trabajando en ese sentido en el stage de Olot

El defensa del Girona, Arnau Martínez, controla el balón ante los jugadores del Betis

El defensa del Girona, Arnau Martínez, autor del último gol del equipo / EFE

Marc Brugués

El Girona continúa su estancia en el centro de entrenamiento de Royalverd en Les Preses. Horas y horas de convivencia en las que los jugadores tienen tiempo para conocerse bien, descubrir virtudes y aficiones y realizar, también, actividades diferentes y de lo más divertidas. "No son unas vacaciones, de ninguna forma", se ha hartado de repetir al vestuario Míchel

El técnico tiene claro que, además de estrechar el vínculo, la estancia es también para trabajar conceptos. En este sentido, el madrileño sabe que hay varios aspectos a mejorar, entre los cuales está la efectividad de cara a puerta. Otro de los puntos a corregir son los goles encajados. No porque sean muchos -siempre son demasiado-, sino porque el Girona ha encajado en cada partido. 

El equipo ha recibido goles contra el Valencia (1-0), el Getafe (3-1), el Celta (0-1), el Mallorca (1-1), el Valladolid (2-1) y el Betis (2-1). Son siete goles recibidos en seis jornadas, una cifra que sitúa a los gerundenses como el undécimo club que más goles ha encajado hasta ahora, muy lejos de Elche y Cádiz, con 16 y 14 respectivamente. El Girona no es el único club que ha encajado goles en las seis jornadas disputadas hasta ahora. Este indeseado honor lo comparte con el Elche, el Almería y el Sevilla que, como los gerundenses, buscan estrenar el casillero de porterías en cero esta temporada.

Históricamente, para encontrar una temporada en que al Girona le haya costado tanto aguantar el cero en su portería hay que remontarse seis años atrás, en el curso del primer ascenso a Primera (2016-17). Entonces, los de Pablo Machín recibieron goles también en las seis primeras jornadas en los campos del Sevilla Atlético (3-3), Valladolid (2-1), Huesca (1-0) y Mallorca (1-0). Y en Montilivi contra Elche (3-1), Almería (3-3) y Mirandés (1-1). No fue hasta la séptima jornada, en el campo del Getafe, cuando los gerundenses, finalmente, pusieron el candado a la portería. Aquel día, Bono hizo un 'clean-sheet' y los goles de Alcaraz y Longo dieron la victoria a los de Machín (0-2).

Antes del año del ascenso al Girona nunca le había costado tanto conseguir el primer cero en la portería. En este sentido, la temporada pasada los gerundenses lo hicieron al primer intento, contra el Amorebieta en Montilivi (2-0), en el estreno de Míchel en el banquillo. Hace dos ejercicios hicieron falta tres jornadas. Fue en el campo del Leganés (0-1) después de dos derrotas contra Sporting (2-0) y Fuenlabrada (0-1). En el curso 2019-20, con Juan Carlos Unzué, también hicieron falta tres jornadas y fue contra el Málaga en Montilivi (1-0). Menos costó en la primera época en Primera División. En el curso 18-19, el del descenso, los de Eusebio Sacristán empataron 0-0 contra el Valladolid en casa en la jornada inicial de la Liga. 

En el año del estreno, el cero se logró apenas a la segunda, en la victoria contra el Málaga (1-0). Curiosamente, en Segunda, en las cuatro temporadas anteriores a la del ascenso, el Girona fue capaz de dejar la portería a cero al primer intento. En el curso 15-16, ganó en San Mamés contra el Bilbao Athletic (0-1) y el año antes (14-15) doblegó al Racing en Montilivi (1-0). Antes de la llegada de Machín, el Girona de Ricardo Rodríguez clavó un 1-0 al Alavés para empezar el curso 13-14, mientras que en el año de Rubi (12-13) tampoco se encajó en el estreno contra el Sabadell (0-0).