Portu se cena al Celta y deja al Girona a las puertas de Europa

X. Serrano

Si el Girona sigue llamando tan fuerte a las puertas de Europa las acabará derribando. Contra el Celta, rival directo en el sueño continental, los de Machín optimizaron un gol de Portu a los catorce minutos para ubicarse momentáneamente en el séptimo puesto y certificar su quinta victoria consecutiva en Montilivi. En un alarde de organización defensiva, el Girona anuló a la segunda dupla más goleadora de la competición.

Los primeros compases del partido fueron anárquicos, con ambos equipos muy estirados y buscando transiciones rápidas al espacio. Stuani tuvo la primera del partido, una volea a la media vuelta en el interior del área que se marchó a la izquierda de Rubén. La réplica celeste llegaría escasos minutos después con un trallazo lejano de Maxi que fue despejado con dificultades por Bono.

Con el avance del crono, los rojiblancos se acomodaron sobre el tapete de Montilivi y lograron estrenar el luminoso en una jugada de estrategia. Saque de esquina raso al primer palo, prolongación al primer toque buscando la frontal del área donde Portu entra como una exhalación y conecta un trallazo que se cuela entre las piernas de Hugo Mallo y sorprende a Rubén, a quien se le escurre el balón por debajo del cuerpo.  

La diana dejó 'grogui' al Celta y el Girona se vino arriba, presionando intensamente la primera línea gallega con Portu como punta de lanza y practicando un fútbol muy vertical. El balón se jugaba en terreno celtiña, pero los gallegos salían disparados como balas cuando encontraban la ocasión. Maxi Gómez pudo empatar sobre la media hora con un latigazo que logró taponar la defensa en última instancia. 

La intentona se quedó en nada pero alteró la dinámica del choque. El Celta dio un paso al frente y empezó a gozar de posesiones largas en campo rival. Los de Machín se arreplegaron con solvencia y abortaron las ofensivas rivales, comandadas por un desequilibrante Emre MorRamalho provó de extender la ventaja local al filo del descanso, pero su testarazo salió blando y centrado. 

El descanso sentó mal al Girona, que volvió dormido. El Celta encerró a los rojiblancos en su propio campo, liderados por un Emre Mor muy desequilibrante, que se topó una y otra vez con los centrales. El Girona aguantaba el chaparrón y enseñaba los dientes a balón parado. De nuevo Ramalho remató de cabeza una falta botada desde la derecha que salió a escasos centímetros del larguero. 

Los catalanes cedieron el balón y se mantuvieron ordenados atrás. Los celestes dominaron el cuero en territorio rival y generaron sensación de peligro, pero Iago Aspas y Maxi Gómez, con la pólvora mojada, estuvieron muy imprecisos en los metros finales. A falta de 20 minutos, Machín retiró a Borja García e incorporó a Aleix Garcia, buscando mayor equilibrio y posesión. Lectura acertada. Los rojiblancos se mostraron mucho más sólidos y certificaron la victoria sin altercados.