Pablo Maffeo: La perla de Montilivi criada en Sant Adrià

Maffeo, en acción contra la Real Sociedad

Maffeo, en acción contra la Real Sociedad / EFE

Carles Rosell

Si una cosa le ha enseñado el fútbol, y también la vida, a Pablo Maffeo es a ser paciente. Y por consiguiente, perseverante. Sin ambas cualidades, llegar lejos en este mundo es de lo más difícil, dejándolo todo en manos del puro talento y, también, la suerte. Ha sido con mucha paciencia y con fe en el trabajo bien hecho, lo que ha permitido al todavía joven jugador llegar hasta donde ha llegado. Un viaje que, todavía, tiene muchísimo recorrido. Es lo que tiene sumar 20 años y ya deslumbrar en Primera División, con un contrato de propiedad en uno de los mejores clubes de Europa, el Manchester City.

Ha sido, no obstante, en Montilivi donde ha explotado. Ahora en la élite, pero el curso pasado en Segunda División, convirtiéndose en uno de los nombres propios del Girona del ascenso. Es una de las perlas que viste la rojiblanca. Un diamante en bruto. Un chaval que empezó a dar sus primeras patadas a un balón defendiendo otros colores. Curiosamente, los del equipo al que se enfrentará este próximo lunes en el estadio de Cornellà/El Prat, el Espanyol.

A la entidad espanyolista, Pablo Maffeo llegó en 2003, para incorporarse a ese fútbol base que tan productivo ha sido en los últimos años. Era todavía muy pequeño, pero ya contaba con otro equipo en su todavía cortísimo currículum: el Levante Las Planas, de Sant Joan Despí, su localidad natal.

En clave perica, fue quemando etapas en el fútbol base. Su máximo escalón fue el filial. Nunca llegó al primer equipo, pero por razones de peso, su juventud. No había cumplido todavía los 16 años, cuando siendo juvenil de primer año, jugaba sus primeros y únicos minutos con el segundo equipo, el filial perico. Fue en abril del 2013, ante el Constancia, cuando Manolo Márquez le daba la alternativa en el minuto 86. Entró por Canario en el tramo final de un duelo que acabó con victoria blanquiazul por la mínima (1-0). Ese día, compartió terreno de juego con hombres como Germán Parreño, Joan Jordán (hoy, en el Eibar), Carlos Clerc (Osasuna) y Rubén Duarte (Alavés), entre otros.

Pero en ese 2013, todo cambió. Su paso por el Espanyol, que se había alargado durante una década en el tiempo, llegó a su fin. Una propuesta del Manchester City fue suficiente para que hiciera las maletas y cambiara de aires. Nuevo país, nuevo fútbol. Unos inicios difíciles, como él mismo ha reconocido más de una vez, pero una etapa que hay que pasar en cualquier proceso de adaptación. Con los años, Maffeo no solo ha aprendido inglés. Se ha hecho mayor dentro y fuera de los terrenos de juego. Aunque en ello ha tenido mucho que ver el Girona.

Hasta tres veces ha acabado cedido en Montilivi. Y a cada una, mejorando sus prestaciones. Con 18 años, y después de ir convocado con el primer equipo del City pero sin la suerte de debutar, jugó 10 partidos en el segundo tramo del campeonato en Segunda con los gerundenses. Era su tarjeta de presentación: discreta, pese a que apuntaba maneras.

En el city

Regresó a Inglaterra, ya a las órdenes de Pep Guardiola, que le dio la alternativa en un partido de la Champions League (en el campo del Steaua). Pero el mejor recuerdo que guarda el catalán es su actuación en Old Trafford, contra el United y en la FA Cup, un torneo con una mística increíble. “Fue especial por todo lo que significa: por la competición, por ser un derbi, por enfrentarme a un rival histórico, por tener delante a futbolistas como Pogba, Rashford, Ibrahimovic… Y todo, con 80.000 espectadores en la grada. Además fui elegido como el mejor jugador del partido!”, recordaba hace solo unos meses en una entrevista.

No se ha vuelto a enfundar la camiseta del City. Pero si la del Girona. El año pasado jugó 14 partidos en la temporada del ascenso e incluso llegó a marcar un gol. Y este curso, lo ha empezado a lo grande. Demostrando todo su potencial. Es indiscutible en el carril derecho y ya acumula 1.134 minutos, más que en ninguna otra temporada en Montilivi, llegando incluso a ser internacional con la selección sub 21 española.

Ya no es aquel chaval que, junto a José Ángel Pozo (ahora en el Almería) protagonizaban un anuncio televisivo. Es Maffeo, uno de los jugadores con más proyección de la Liga. Capaz de anular a Leo Messi en el último Girona-Barça. El mismo. Aquel que sueña, el día de mañana, con convencer a Pep Guardiola para que la banda derecha del Etihad Stadium sea suya. El mismo que hoy está en boca de todos, pero que tampoco hace tanto tiempo se forjó en la base del Espanyol. Esa institución capaz de formar, año tras año, a grandes futbolistas  aunque a muchos, por diversas razones, no saque todo el jugo que pueden dar. Maffeo es un producto de la rentable cantera blanquiazul.