El Girona rescata un punto de La Cerámica tras un final de locos

La Cerámica se convirtió este domingo en el escenario de un auténtico partidazo entre dos equipos de autor. El Girona de Míchel, fiel a su propuesta atrevida, se enfrentaba al imparable Villarreal de Marcelino, que dominó con rotundidad la mayor parte del partido pero que se quedó a las puertas de los tres puntos tras unos minutos de agonía final. El resultado final, un reparto de puntos que sabe a poco al Villarreal y que sirve al Girona para tomar impulso tras un partido donde nunca se rindió.

Hay cosas que nunca cambian en Villarreal, siendo la más importante de ellas la creencia inquebrantable en el plan de partido inicial de Marcelino. El equipo podrá tener a medio equipo titular lesionado, aunque el esquema se mantiene intacto como el primer día en una máquina que se engrasa cada vez con mayor certeza. La invariabilidad, que para muchos equipos podría ser una condena, es para los groguets un seguro de vida para encarar los partidos.

Es por este motivo que no sorprendió la puesta a punto de ambos equipos desde el inicio; el Girona amasaba la posesión del balón sin apenas crear peligro, mientras que el Villarreal salía como un relámpago al contragolpe consciente de que su partido pasaba por aprovechar las transiciones en ataque. Los groguets llevaron su planteamiento al máximo esplendor, ayudado también en parte de la escasa contundencia del Girona en todos los niveles.

Baena compone, Barry remata

El Submarino Amarillo tuvo que esperar hasta el ecuador de la primera parte para que un centro de Baena -que completó un partido de categoría mundial- lo rematase Yeremy Pino. El cabezazo del canario terminó rebotando en el poste, aunque el rechace lo aprovechó Thierno Barry para fusilar a Gazzaniga y abrir el marcador (1-0).

Superioridad y sufrimiento final

El Girona no encontraba la profundidad -solamente Van de Beek insistió en este aspecto- mientras que el Villarreal cada vez se encontraba más cómodo sobre el terreno de juego. El equipo coqueteó con el segundo, aunque no terminaba de estar fino en los últimos metros. Los groguets cerraron una primera parte sensacional que supo a poco, aunque obtuvieron su recompensa nada más empezar la segunda. Yeremy Pino encontraba a Baena en transición, el almeriense atacaba con un control exquisito al espacio y definía como un crack mundial por encima de Gazzaniga (2-0).

El Villarreal tenía al Girona al borde del KO técnico, aunque Barry y Gueye no terminaban de entenderse para cerrar el partido con el tercero. Cuando más apuros estaba pasando el Girona, Van de Beek encontró la manera tras un rechace en un saque de esquina de recortar distancias gracias a una gran volea (2-1). Míchel aprovechaba la inesperada ventana para meter toda la carne en el asador y buscar un empate que parecía impensable hacía escasos minutos.

Los gironins se echaron arriba para buscar el empate y, tras mucho insistir, lo consiguieron. Stuani se quedó solo cuando el partido agonizaba y definió a las mil maravillas para poner el empate en el marcador. La posición era dudosa del ariete charrúa, una sospecha que se confirmó tras la revisión del VAR que delató el fuera de juego del ariete. Cuando todo parecía decidido, una volea espectacular de Krejci en el último minuto desde fuera del área hundía a La Cerámica y ponía el empate final en el marcador (2-2). Reparto de puntos en un partidazo que se decidió con agonía final.