El Girona se queda con la miel en los labios

Alba López

Encadenó el Girona ante el Atlético su sexta jornada consecutiva sin perder, pero se marchó de Montilivi con un sabor agridulce porque el tanto del empate colchonero llegó en la recta final. Antes, al filo del descanso, Stuani había adelantado a su equipo desde los once metros tras un penalti cometido por Oblak.

Eusebio Simeone tuvieron que tirar de imaginación a la hora de confeccionar sus respectivos onces. Las bajas en defensa de ambos equipos obligaron a ambos técnicos a improvisar con Saúl Álex Granell en el lateral izquierdo. Le salió la jugada fantástica al Cholo, que tuvo en el internacional español un puntal en ataque.

Aun así, le costó al Atlético generar fútbol. De las manos de Lemar lo intentaron los colchoneros, pero se enredaron en la tela de araña que tejió el Girona en defensa. Un disparo de Griezmann desde el balcón del área puso sobre aviso a los pupilos de Eusebio, que respondieron con un libre directo botado por Aleix García con mucha intención. 

Fue entonces cuando Thomas empezó a crecer en el partido y a su vera lo hizo el Atleti, aunque siempre sin terminar de poner cerco fijo a la portería de Bono. Lo más cerca que estuvo el equipo rojiblanco de marcar en la primera parte fue en un disparo de Saúl que se topó con el larguero tras una dejada de Griezmann marca de la casa. A renglón seguido fue Rodri quien rozó el gol con un remate manso de espuela que no encontró la red de milagro.

Por aquel entonces, el partido ya era un taquigol en la portería de Bono. Pero no encontraba el Atlético el camino del gol y pagaría caro su falta de punch al filo del descanso cuando Oblak derribó a Stuani al borde del área y el colegiado señaló penalti ayudado por el VAR. El propio delantero charrúa sería el encargado de adelantar al Girona desde los once metros.

Tras el paso por vestuarios el Girona continuó achicando agua ante un rival que ya se volcó a la desesperada en busca del empate pero careció de la paciencia para desarbolar el entramado defensivo catalán. Fue un querer y no poder de los pupilos del CholoGranell, incluso, pudo hacer el segundo para el Girona en un libre directo que no encontró la red de milagro.

La solución que encontró Simeone fue dar entrada a Correa por Rodri en busca de algo más de pólvora arriba. Eusebio respondió con Portu, pero la decoración no varió pese a las permutas. A todo esto, Bono se vio obligado a dejar el terreno de juego por problemas en los aductores. El contratiempo, no obstante, no condicionó al Girona, que siguió a lo suyo y salvó los muebles en un remate a bocajarro de Saúl que abortó Iraizoz en una intervención felina. El cancerbero vasco, sin embargo, nada pudo hacer a falta de menos de diez minutos para el final cuando Ramalho, en su intento de alejar el peligro de su portería acabó introduciendo el balón en el fondo de sus mallas con Diego Costa amenazando con el remate. Fue el canto del cisne del partido. La última bala en la recámara de unos y otros.