El Girona prueba su propia medicina y cae de penalti en el descuento

X. Serrano

Al contrario de lo sucedido en el Wanda, la épica dio la espalda al Girona en el Benito Villamarín. Un penalti transformado por Canales en el tiempo de descuento supuso el 3-2 definitivo y un excesivo castigo para el cuadro catalán, que mereció puntuar. Pese a las dianas de Aleix Garcia y Doumbia, sustituto solvente de Stuani, los de Eusebio prolongan a siete su racha de partidos ligueros sin ganar. 

Fiel a su estilo, el Betis arrancó el duelo monopolizando el balón. Poco a poco, el cerco verdiblanco se fue estrechando hasta que Pedro Porro derribó a Sanabria en el balcón del área. Falta peligrosa y allá que fue Cristian Tello, que superó la desordenada barrera gerundense con un potente disparo que dobló la manopla de Bono. El tanto agigantó al cuadro andaluz, que buscó marcar rápido el segundo. 

Sin embargo, el Girona mantuvo la concentración defensiva en el momento más crítico. Paulatinamente, los de Eusebio fueron ganando metros, favorecidos por una fase mucho más trabada del partido. Las constantes interrupciones cortaron el ritmo al Betis y propiciaron la recuperación rojiblanca. La presión en campo rival sería un factor clave para materializar la remontada catalana antes del receso.

Ante la pegajosa intensidad rojiblanca, Barragán dio un pase temerario hacia atrás para Pau López. Atento, Doumbia interceptó el envío y, con el arquero a media salida, cedió para Portu. En un alarde de sangre fría, el murciano aguantó hasta asistir a Aleix Garcia, que llegó para definir a puerta vacía. 

El empate hizo colapsar al Betis, incapaz de rearmarse ante un Girona envalentonado que subía a morder hasta el área rival. Avisó en hasta tres ocasiones el cuadro gerundense, pero Pau López abortó los intentos de Portu, Aleix Garcia y Alcalá. Menos acertado estuvo el exespanyolista en la acción del segundo tanto, cuando perdió ante la presión de Portu un balón que parecía tener atajado. El murciano rescató el cuero sobre la línea de fondo y centró al punto de penalti para el testarazo certero de Doumbia.

Lo celebró con baile incluido el ariete africano, crecido en su mejor actuación como rojiblanco. Menos risueña acabó la afición bética el primer acto, pues despidió a sus futbolistas entre pitidos. Ya sea por la bronca o el consejo de Setién, el Betis reapareció mucho más enchufado. Avisó en seguida con un gol de Bartra anulado por fuera de juego y, a renglón seguido, igualó la contienda en un contragolpe de manual conducido por Canales y finalizado por Loren. 

El duelo entró entonces en una fase pareja, con ambos equipos buscando el desempate. En esta tesitura, Eusebio reemplazó a los amonestados Valery y Porro por Muniesa y Ramalho, carrileros de perfil más conservador. También movió el banquillo Setién, que hizo debutar al último fichaje bético: el prometedor extremo mexicano Diego Lainez. 

Apretó más en los instantes definitivos el conjunto sevillano, que se encontraría con el ansiado premio del gol en una acción mal defendida por el Girona. Douglas Luiz pateó a Lo Celso al intentar despejar un balón dentro del área y Canales materializó el castigo para delirio del coliseo verdiblanco. El cántabro acerca al Betis a Europa, pugna por la que se descuelga un Girona que mereció puntuar.