El Girona pasa de la desesperación a la ambición

Los de Míchel terminaron la primera vuelta en zona de play-off de ascenso

El empate del Oviedo en el campo del Fuenlabrada favoreció a los gerundenses

Los jugadores celebran un gol esta temporada

Se desató la euforia en Montilivi / Girona

Tatiana Pérez

Ahora sí. El Girona ya se puede comer los turrones tranquilo. El empate del Oviedo en el campo del Fuenlabrada (0-0) confirmó ayer que los de Míchel Sánchez cierran la primera vuelta en posiciones de play-off de ascenso, después de atrapar el sexto puesto el pasado viernes con la gran victoria contra el Burgos (3-1).

El resultado de los asturianos y la derrota de Las Palmas ante el Eibar (0-1) les permiten mantenerse en la zona de promoción de ascenso con 31 puntos, los mismos que los canarios pero con el goal average a favor (29). Mientras que el ascenso directo queda a 8 puntos, el descenso se aleja a 11. Y eso que los rojiblancos llegaron a verse en la parte baja de la clasificación. En Montilivi se ha pasado de la desesperación a la ambición. Porque viendo como juega el equipo, la ilusión de la afición se ha disparado de cara a la segunda vuelta.

Las dudas empezaron a surgir en el inicio de curso porque el Girona no acababa de dar con la tecla. Solo habían pasado las cinco primeras jornadas, cuando los de Míchel se situaron por primera vez en descenso. El equipo parecía haber perdido el rumbo. Pero el punto de inflexión llegó contra el Huesca, a pesar de la derrota, con el cambio de sistema. La defensa de tres centrales que tanto caracteriza el conjunto gerundense. «Es el Girona que yo quiero», decía convencido Míchel. La idea del técnico cuajó y desde que abandonaron el descenso con una victoria en el Fernando Torres (1-2), que ya no han vuelto a pisarlo y solo miran hacia arriba.