El Girona necesita mejorar a domicilio

Los rojiblancos cayeron en la visita a Santa Cruz de Tenerife

Los rojiblancos cayeron en la visita a Santa Cruz de Tenerife / EFE

Carles Rosell

No hay manera. Pasan las semanas y el Girona continúa gafado cada vez que le toca jugar un partido lejos de Montilivi. En casa funciona y es ahí donde suma puntos. Fuera, la historia es del todo diferente. Sus números son una calamidad, sobre todo si se tiene en cuenta que dispone de la plantilla más cara de la categoría y se ha vendido, desde el pasado agosto, el discurso del ascenso directo como objetivo día sí y día también. Pese a su más que ambiciosa meta, la verdad es que el conjunto que lidera Pep Lluís Martí es, a día de hoy, el tercer peor visitante de toda la liga.

Los números lo dicen todo. El Girona ha ganado dos partidos de los doce que ha disputado lejos de casa. El resto, un par de empates y hasta ocho derrotas. Son muchas. Ha encajado más goles (20) de los que ha marcado (13) y ha cosechado solamente ocho puntos. El bagaje es muy pobre. El mismo que el Deportivo, también con ocho, y el Racing, con siete puntos. Dos conjuntos que actualmente ocupan la zona de descenso en la clasificación. No hay otro que tenga peores registros. Es, como mínimo, preocupante.

Además de ser el tercer visitante que más goles recibe, no presentaba unas cifras tan pobres desde la temporada 11/12. Ese año salvó la categoría por los pelos y fuera tampoco funcionó. Consiguió 14 puntos en todo el curso, con apenas tres victorias y hasta 13 derrotas. Caso curioso para un equipo, el Girona, que ha funcionado muy bien fuera de casa en las últimas temporadas. Incluso en Primera. El año pasado, y pese el descenso, logró 22 puntos y fue el séptimo mejor foráneo de la categoría. Ver para creer.