El Girona cierra un año histórico con derrota en Eibar

Carles Rosell

No todo puede salir redondo. Perfecto. El Girona ha cerrado un gran año. Un año histórico. Pero lo ha hecho con un tropiezo en Eibar en un partido para olvidar. Un inicio nefasto y la intensidad de los locales han sido suficientes para acabar con un equipo, el de Machín, que ha saltado dormido al campo y que nunca ha mostrado capacidad de reacción suficiente para soñar en la remontada.

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Liga Santander

4
1
Alineaciones
Eibar
Dmitrovic, Arbilla, Paulo, Capa, José Ángel, Bebé (Peña, min. 73), Inui, Joan Jordán, Dani García, Kike (Sergi Enrich, min 79) y Charles (Escalante, min. 84).
Girona
Bounou, Maffeo (Aday, min. 58), Ramalho, Bernardo, Juanpe, Mojica, Timor, Aleix García, Borja García (Kayode, min. 58), Portu (Douglas Luiz, min. 71) y Stuani.

Había avisado el técnico rojiblanco en la previa que en Ipurua, a los suyos les tocaría sufrir. Y así fue. De buen inicio, nada más arrancar. Todavía con legañas en los ojos, los gerundenses han visto como Inui hacía el primero. Tan solo habían pasado 44 segundos. Y ponerse por debajo en el marcador tan pronto, en un escenario como el estadio armero, es de lo más peligroso. Sobre todo, si a los diez minutos recibes el segundo. En este caso, fue Charles el encargado de superar a Bounou.

El engranaje no funcionaba. La intensidad del Eibar acababa con cualquier intento de tocar el balón de un Girona que, visto lo visto, se ha replegado y ha intentado hacer daño a la contra. Sin Pere Pons ni Granell, el timón en el medio del campo ha recaído en Aleix García y Timor. Ha sido este último en aportar algo de luz en un primer tiempo de lo más oscuro para los visitantes. El valenciano ha recortado distancias en el 25 con un espectacular lanzamiento. Ha sido el primer gol de falta directa del Girona en Primera División. Y un gol que volvía a meter al equipo dentro del partido. 

Eso sí, era necesario dar un paso adelante y frenar el embiste del Eibar. Y eso no ha pasado. Los de Mendilibar han seguido a la suya. Bebé lo ha intentado en el 31 y 33 sin demasiada suerte. Del Girona, bien pocas noticias. Tan solo ha rozado el empate justo antes del descanso, cuando el remate de tacón de Stuani lo ha desviado un defensa.

Sentencia Inui

Igualar el ritmo y tener más el balón se convertían en asignaturas obligatorias para el Girona tras el descanso. Pero una cosa es la teoría y otra muy distinta, la práctica. Y es aquí donde el equipo no ha estado a la altura. Parte de culpa la ha tenido el Eibar, que ha seguido con su plan a la perfección. Presión, intensidad y no dejar pensar. Bien es cierto que el panorama parecía bien diferente en los primeros compases; incluso Timor ha gozado de una buena ocasión. Pero el gol de Inui, el 3-1, ha hecho que los de Machín regresaran a la cruda realidad.

Ni la entrada de Aday y Kayode (este último regresaba tras una lesión) han servido de gran cosa. Se han quedado los visitantes sin prácticamente llegar a la portería de Dmitrovic; y es que el balón estaba, casi durante todo el partido, en el campo rojiblanco. Así, se antojaba imposible empatar. Y más, si Stuani no estaba; si el centro del campo no funcionaba y si Douglas Luiz, inédito durante lo que va de temporada, entraba por un Portu que no tenía la tarde. Ya sin capacidad ni argumentos para reaccionar, y en el descuento, Joan Jordán ha dado la puntilla al Girona con el 4-1 que cerraba la goleada.