El Girona baja virtualmente a Segunda

El Girona se deja remontar en el minuto 86 y está virtualmente descendido

El Girona se deja remontar en el minuto 86 ante el Levante y está virtualmente descendido / LALIGA

Arnau Montserrat

Cruel. Triste. De la peor manera posible. El Girona será el año que viene equipo de Segunda División. No es oficial, no es matemático, pero el Girona necesitaría ganar por seis goles más que el Celta en la última jornada para salvarse. El deber hace que la palabra virtual acompañe la crónica pero lo será con total seguridad. El Girona fue mejor, se adelantó en el marcador pero vio como el Levante le daba la vuelta a todo. Ellos están ya salvados.

120213

Liga Santander

1
2
Alineaciones
Girona
Bono, Valery (Pedro Porro 84'), Alcalá, Muniesa, Pere Pons, Douglas Luiz (Mojica 71'), Granell, Portu, Lozano (Soni 71'), Stuani.
Levante
Aitor, Toño (Pedro López 4'), Róber Pier (Postigo 20' (Cabaco 81')), Vezo, Coke, Campaña, Vukcevic, Bardhi, Morales, Mayoral, Jason.

El Girona salió al terreno de juego como debía salir en esta final. Ni un reproche en su actitud. Solo faltó un detalle que marca que la tendencia continúe o se vaya diluyendo con el paso de los minutos, el gol. Ocurrió lo segundo. El arquero granota, Aitor, tuvo toda la responsabilidad. El partido además comenzaba de la peor de las maneras para el Levante que veía como Toño se rompía a los 17 segundos de encuentro y ya tenía que realizar el primer cambio. 

La primera para los gerundenses estuvo en las botas de Stuani, que pese no estar al 100% no se podía perder el partido de esta magnitud. Róber Pier se durmió en la salida de balón y Portu, el más listo de la clase, le robó la cartera pero el posterior remate de Stuani ante Aitor lo resolvió el arquero con la primera parada del partido. La mejor sin duda, la que le sacó a Lozano que remató desde dentro del área pequeña con la cabeza e hizo reaccionar al portero granota con una manopla que acabó valiendo media salvación para el conjunto de Paco López.

Los nervios iniciales del Levante se acentuaban cuando Róber Pier se lesionó, parece de gravedad, de la rodilla y también debía ser sustituido. El segundo tramo de la primera parte poco fútbol aportó. Lo dejaban todo para los últimos 45 minutos donde Montilivi vivió una mezcla de emociones. Llegó la locura típica en este tipo de partidos.

Tras 15 minutos sin oportunidades y prácticamente en la primera que tuvo el Girona en todo el segundo tiempo, Stuani con la caña a punto aprovechó el rechace de Aitor para desatar la euforia entre la afición. Era el espíritu charrúa. Poco duró. Morales en la siguiente jugada acallaba las masas con un remate a placer tras el despiste defensivo de la defensa del Girona. Cosas que no se pueden permitir cuando te adelantas en el marcador.

Los rojiblancos reaccionaron bien al tanto del comandante y tomaron de nuevo las riendas del choque. Stuani perdonó una de esas ocasiones que nunca perdona pero el drama llegó a 15 minutos para el final cuando Del Cerro Grande señaló penalti y expulsión de Coke. Se caía Montilivi. Sin embargo el VAR avisó al colegiado que la jugada era dudosa y tras consultarlo con su pantalla decidió que no lo era.

Esto marcó un antes y un después en el partido porque Bardhi en un contragolpe asestó el golpe definitivo. Definió entre las piernas de Bono al que se le coló el balón dentro. Aparecían las lágrimas entre los aficionados. No es para menos. El Girona necesitaría para salvarse ganar por seis goles más que el Celta de Vigo. Una quimera. Una utopía. Un imposible. El Girona será equipo de Segunda División.