El efecto Martí se esfuma con la tercera derrota seguida

El Girona cae en Vallecas

Sergi Montes

El efecto Martí se ha diluido. Se ve refrendado en el juego, lo dicen los resultados. El Girona, después de alcanzar su mejor momento del curso, ha encadenado tres derrotas seguidas. Numancia, Mirandés y Rayo han puesto fin a la mejoría experimentada desde la llegada del técnico balear al banquillo de Montilivi. En Vallecas, el cuadro catalán solo compitió durante 60 minutos. En ellos, las tuvo de todos los colores para empatar, demostrando su superioridad sobre el Rayo. Pero en la primera media hora, regaló el partido, el 1-0 y el posible botín. Unos 30 minutos injustificables para los que luego no hubo remedio.

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Alineaciones
Rayo Vallecano
Dimitrievski; Advíncula, Tito, Catena, Milic; Mario Suárez, Óscar Valentín; Pozo (Martín Pascual, 82'), Embarba, Andrés Martín (Álvaro Vázquez, 62'); y Piovaccari (Echarri, 77').
Girona
Riesgo; Maffeo, Ignasi Miquel, Juanpe, Mojica; Gumbau (Jozabed, 58'), Granell (Gallar, 89'); Gual, Borja García, Jairo (Jonathan Soriano, 70'); y Stuani.

El Rayo se encontró sin quererlo ni beberlo asediando a un Girona desconectado, que regaló la primera media hora como si se lo pudiera permitir. Riesgo, novedad junto a Marc Gual e Ignasi Miquel, apareció para demostrar que hay portero suplente. Pero la táctica era un descalabro y la defensa, especialmente por la parcela de Maffeo, era un coladero.

El equipo de Paco Jémez olió sangre y tras un caramelo en forma de centro de Embarba, con un primer remate al palo de Piovaccari, Catena pescó el 1-0. No había comparecido el cuadro de Martí hasta entonces, y solo lo hizo con dos fogonazos de Gual hasta el descanso. Un panorama en el que cada uno celebraba su particular guerra, con bobadas impropias.

Mostró otra cara el equipo catalán en el arranque. La mejoría experimentada en el tramo final del primer tiempo no se evaporó. Borja García y Stuani, los mejores socios, generaron una muy clara que sólo el palo repelió lo que era el 1-1. Por lo menos el duelo era netamente igualado, lo mínimo a exigir. Los franjirrojos optaron por dejar sin ritmo el choque, una ‘dormilona’ que iba haciendo mella en el Girona. Todo pudo cambiar con un robo en la frontal que dejó solo a Marc Gual con toda la portería para él, pero el de Badalona se marcó una ‘frivolité’ en el golpeo y desperdició una ocasión pintiparada para el 1-1.

La ocasión, no obstante, espoleó a los pupilos de Martí. Borja y Soriano, muy enchufados pero sin puntería, rondaron el empate en varias llegadas de enjundia. Esas tres o cuatro oportunidades muy claras, unido a la fatiga de los madrileños, no fueron suficiente para que el Girona empatase