Dos disparos de Darder permiten al Espanyol mandar en Montilivi

Darder dio los tres puntos al Espanyol en Montilivi

Darder dio los tres puntos al Espanyol en Montilivi / LaLiga

C. F. Sainz

Sergi Darder decidió. El de Artà, con dos grandes disparos, dio el triunfo a un Espanyol que respira tras unas semanas complicadas. Mientras, el Girona sigue sin saber ganar en casa y puede acabar la jornada muy cerca, demasiado, de la zona de descenso. Más miedo que otra cosa en la primera parte por parte de ambos equipos. Una primera mitad que con el paso de los minutos se calentó  y, lo que empezó con ritmo, acabó convirtiéndose en un derbi de los que gustan: intenso, con rifi-rafes y con la grada encendida.

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LaLiga

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2
Alineaciones
Girona
Bono; Pedro Porro (Ramalho, 88'), Bernardo, Juanpe, Muniesa; Pere Pons (D. Luiz, 65'), Granell, Borja García, 'Choco' Lozano (Roberts, 60'), Portu; Stauni.
Espanyol
Diego López; Rosales, Naldo, Mario Hermoso, Javi López (Pedrosa, 91'); Marc Roca, Darder, Víctor Sánchez; Wu Lei (Puado, 76'), Borja Iglesias, Melendo (Sergio García, 93').

Estaba mejor el Girona sobre el césped, aprovechando su condición de local, pero el Espanyol era consciente de la importancia del duelo y, siendo fiel a su estilo, trató de frenar las peligrosas acometidas de los de Eusebio. Los locales llevaban el peso del duelo, pero eran los blanquiazules los que disfrutaban de las oportunidades; cada vez que se acercaban, Montilivi temblaba.

DUELO ELÉCTRICO

Como en la primera de Wu Lei, que tras robarle la cartera a Muniesa en el 9’, disparo al lateral de la red. Seguía el Girona mandano, pero la buena zaga espanyolista evitaba que gozara de buenas ocasiones. El que la tuvo fue, en el 17’, un Darder que disparó a las manos de un Bono que tuvo que estirarse sin demasiado esfuerzo.

Insistía el Girona, pero no encontraba el camino de la portería de Diego LópezPortu, en un mal despeje de la zaga local, tuvo el gol, pero se durmió y Rosales le robó la cartera. 

Pero los que tenían la portería rival entre ceja y ceja eran los pericos, y de nuevo Wu Lei, en el 31’, intentó una vaselina tras un pase en profunidad de Darder que no encontró portería.

El último cuarto de hora de juego estuvo muy trabado y prácticamente no hubieron ocasiones remarcables, más allá de un centro de Portu desde la derecha al que Stuani no llegó.

DOS MARAVILLAS

A diferencia de la primera mitad, el Espanyol saltó al terreno de juego más enchufado que su rival en el capítulo final. Trató el Girona de igualar fuerzas, pero Darder, con un disparo desde la frontal en el 59’, rompió la igualada. 

El gol dejó tocado a los locales, que pese a aproximarse al área perica, no conseguía superar la ordenada zaga espanyolista, en la que tanto Naldo como Mario Hermoso estuvieron inconmensurables. Incluso los visitantes tuvieron alguna opción para anotar el segundo, pero Borja Iglesias no tuvo su mejor día.

Hasta que llegó el VAR. Un centro desde la izquierda de Muniesa tocó en el brazo de Rosales y, a pesar de que Prieto Iglesias dejó seguir, desde la sala de videoarbitraje lo debieron avisar porque rápidamente paró el encuentro y, tras visionar la jugada, señaló la pena máxima. El encargado de tirarlo, Cristhian Stuani, no falló, a pesar de que Diego López adivinó la intención y tocó el cuero antes d e que besara el fondo de las mallas. El duelo volvió a estar como al principio.

Con el tanto desde los 11 metros, el Girona se animó e intentó hacer daño a un Espanyol que veía a su rival tocado antes de que llegara el tanto del empate. Cambiaron las tornas y los locales empezaron a creer en la remontada, pero la zaga perica continuaba muy seria y sin dejar huecos. 

Parecía que se llegaría al final con reparto de puntos, pero Darder, a un minuto de la conclusión del duelo, se disfrazó de superhéroe para dar la victoria al Espanyol. Un disparo desde 30 metros que hizo un extraño por el viento pegó en el poste y, tras tocar en la espalda de Bono, se coló en el fondo de la portería local. La fortuna necesaria que el Espanyol no ha tenido en otras ocasiones, la mala suerte que hunde todavía más a un Girona que ya ha sacado la calculadora.