La cantera del Girona derriba la puerta

Ibra y Terrats superan los 600 minutos con el primer equipo pese a tener ficha del filial, cosa que pocos jugadores han logrado la última década

El último precedente de jóvenes con protagonismo en la primera plantilla es el de Valery, con 1280 minutos en 22 partidos

Ibrahima Kebé es uno de los más utlizados por Francisco

Ibrahima Kebé, en un partido ante el Barça / EFE

Carles Rosell

Sin tanto presupuesto como la última temporada y marcado por un contexto donde la economía no está para lanzar cohetes, el actual Girona ha abierto la puerta a los más jóvenes. Su aparición ha sido constante, en convocatorias y en el césped. Han ayudado desde dentro. Dos de los nombres propios, los de Ramon Terrats e Ibrahima Kébé. Ambos han dado un salto adelante para quedarse. Francisco confía tanto en ellos que han superado la barrera de los 600 minutos en competición oficial, contando Liga y Copa. Una situación que no suele ser habitual en Montilivi y que ha ocurrido pocas veces en la última década.

Kébé debutó el pasado 13 de junio todavía con Pep Lluís Martí en el banquillo. Un par de ratos esta última temporada han dado paso a mucho más protagonismo en la actual. Con 20 años ya acumula 693 minutos repartidos en 16 partidos. No es un titular indiscutible, pero sí un recambio habitual. Su físico, calidad y proyección le convierten en uno de los diamantes en bruto del club.

También lo es Ramon Terrats. Fichado el último verano para reforzar el filial en Tercera, gustó tanto a Francisco que el técnico le ha dado la titularidad. No acumula tantos partidos como Kébé (son 8), pero ya casi le alcanza por lo que a minutos se refiere: 614. El catalán está a punto de firmar su renovación para convertirse, a partir de julio, en miembro de la primera plantilla. Tanto Kébé como Terrats gozarán de más participación en las jornadas que quedan, visto lo visto. 

No es habitual que dos chicos del filial tengan tanto protagonismo. De precedentes hay pocos. El más cercano en el tiempo, el de Valery Fernández. En el curso 18/19 irrumpió con fuerza y acumuló 1.280 minutos en 22 partidos, marcando incluso un gol. Hace falta remontarse hasta la temporada 14/15 para encontrar una fuerte presencia de los jugadores más jóvenes. Ese año, Pere Pons lo jugó casi todo: 3.797 minutos y 43 partidos. El ahora jugador del Alavés todavía lucía el dorsal 29 en la espalda, un rol que no cambió hasta unos meses más tarde. Le seguía Sebas Coris, con 1.395 minutos y Carles Mas, con 836. Él mismo venía de jugar 1.016 minutos un año atrás, en el que Pere Pons sumó 477 tras los 418 que alcanzó el mismo curso de su debut. El último nombre propio presente en esta última década es el de David Juncà. El de Riumors explotó en el ejercicio 13/14 con 2.098 minutos. Más que los 772 y los 502 de las dos temporadas anteriores.

Samu Sáiz ya se lo mira desde un segundo plano

Curiosa la situación de Samu Sáiz. Llamado a ser uno de los futbolistas más diferenciales del Girona, el 10 ha cambiado su rol en un visto y no visto. Titular indiscutible para Francisco y siempre en el césped si una lesión o una sanción no decían lo contrario, el madrileño acumula dos partidos sin jugar apenas ni un segundo.

Son 180 minutos, en el campo del Mirandés (3-3) y en casa ante el Castellón (2-1), que Samu se los ha tenido que mirar desde la distancia. Está disponible, pero no ha participado. Un escenario nuevo, teniendo en cuenta cómo iba la temporada. Es la primera vez que se queda dos jornadas consecutivas sin jugar, algo que no había pasado todavía.

Actualmente, Samu Sáiz es el octavo futbolista de la plantilla más utilizado con 1.680 minutos. Son 22 partidos, 20 de ellos saliendo en el once. Está lejos de hombres como los defensa Bernardo Espinosa, Jordi Calavera y el portero Juan Carlos Martín. Los tres son los únicos que han superado la barrera de los 2.000 minutos.