Todos pendientes de Simon Yates

El ciclista británico debe probar a Bernal para comprobar si la crisis del miércoles fue solo pasajera

Alberto Bettiol se estrena en el Giro en una jornada de calma con una escapada que sacó 23 minutos al pelotón

Simon Yates, en la 16ª etapa del Giro

Simon Yates, en la 16ª etapa del Giro / EFE

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Los ojos del Giro están pendientes de Simon Yates, el único ciclista que parece destinado a cuestionar la victoria de Egan Bernal. Quedan dos etapas de montaña y la contrarreloj final de Milán, un muro de tres etapas para una ‘maglia rosa’ si realmente está al límite de sus fuerzas o un último esfuerzo para él si la crisis del miércoles solo fue pasajera; una flor marchita de un solo día. 

Primoz Roglic, un miércoles, se mostró pletórico en la etapa reina del Tour 2020. Pero el sábado, en la Planche des Belles Filles, sucumbió ante su compatriota Tadej Pogacar. Nadie en su sano juicio habría pronosticado un final tan tenso, emocionante y, sobre todo, que el joven corredor esloveno fuera capaz de dar la vuelta a la tortilla de la carrera.

Muchos dijeron en la Vuelta 2015 que Tom Dumoulin había dejado la prueba sentenciada tras la contrarreloj celebrada en Burgos que había abierto la tercera semana de competición. Pero en la Sierra, a las puertas de Madrid, se vino abajo ante la ofensiva de Fabio Aru con la ayuda de Mikel Landa. Y perdió la ronda española.

Y en el Giro ya se ha repetido lo que le sucedió precisamente a Simon Yates en la edición de 2018, vestido con la ‘maglia rosa’, con un poderío estelar hasta que a falta de tres días para acabar la carrera Chris Froome desenfundó para dejarlo fuera de combate.

Solo Bernal sabe lo que le sucedió realmente en Sega di Ala. En Italia lo vieron con una amplia sonrisa, disimulando o sin esconder nada, posiblemente una pájara producto del abuso en los geles y demasiado azúcar en el cuerpo. Si sucedió de este modo, el ciclista colombiano no tiene nada que temer, pero ¿si fue la dichosa espalda? ¿Si ya está al límite de las fuerzas?

Yates tiene la obligación deportiva de probarlo. En su contra juega la irregularidad demostrada en la carrera. A favor, dispone de un equipo consistente aunque no puede desaprovechar la ocasión de probar a Bernal y la fortaleza –al menos como equipo incuestionable—del Ineos. Pero si quiere hacer daño de verdad, Yates no debe esperar ni hoy ni mañana a la última subida, primero Alpe di Mera y después Alpe Motta. La ofensiva hacia la ‘maglia rosa’, la prueba del algodón para ver cómo está Bernal, tiene que ser a muchos kilómetros de la meta y, sobre todo, no dejar para mañana lo que pueda hacer hoy.

El Giro tiene ahora mucha más emoción de lo que parecía tras la exhibición de Bernal en los Dolomitas, aunque hoy decidieran todos bajar la intensidad de pedalada y permitir a la fuga que ganase mucho tiempo, unos exagerados 23.30 minutos, en la victoria de Alberto Bettiol, el triunfador del Tour de Flandes 2019.

Como si se hubiese tratado de una nueva jornada de descanso aunque con el dorsal puesto tras la retirada de Remco Evenepoel, el Giro mira mañana y pasado a los Alpes, a las piernas de Bernal y a lo que parece la crónica de un ataque anunciado de Yates porque con Damiano Caruso, segundo de la general, solo se espera que resiste y trate de conservar la plaza. Solo una hecatombe de Bernal le permitiría dar una sorpresa tan grande o igual a la que protagonizó el año pasado Tao Geoghegan Hart en su victoria en Milán.