La ronda italiana

El Giro vive pendiente de la rodilla derecha de Ayuso

El ciclista español reconoce que tiene la articulación inflamada por la caída sufrida el domingo y muestra la preocupación en una 13ª etapa donde el líder Isaac del Toro volvió a bonificar en la cuarta victoria de Mads Pedersen.

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Hace muchos años, cuando corrían los ciclistas que ya están en la barrera o han superado los 60 años, había dos temas tabús en el pelotón. Nunca que le preguntases a un corredor por rodillas o por pastillas. Por supuesto, nadie tomaba nada y si acaso se producía una suspensión por culpa supuestamente de un jarabe contra la tos el castigo se cumplía de octubre a diciembre, cuando no había ninguna carrera programada.

Hoy las cosas han cambiado. Nadie esconde una rodilla lastimada y las pastillas, siempre que no las recete el médico con la pertinente autorización, han dejado de circular libremente por el pelotón. O al menos eso hay que creer. Corren otros tiempos en los que los ciclistas van más rápidos con mejores carreteras y sobre todo bicis que son más aerodinámicas y que frenan de lo lindo gracias a los discos colocados en las ruedas. Pero se caen igual, porque esto es ley de vida en el pelotón, y un accidente puede poner en jaque cualquier aspiración en una carrera como el Giro, que es la que ocupa ahora.

Juan Ayuso, segundo de la general, pero que etapa a etapa, segundo a segundo, golpe a golpe, se va distanciando de Isaac del Toro, ahora a 38 segundos del corredor mexicano, disputa el Giro con la rodilla derecha lastimada por culpa de un corte que se produjo en la etapa de la tierra, en el accidente que cortó a la mayoría de estrellas de la prueba, como Primoz Roglic.

El problema

“Me duele la rodilla. Los puntos de sutura que recibí se abrieron durante la contrarreloj. La rodilla se ha inflamado. Espero mejorar estos días, pero no es lo ideal”, reconoció el corredor español a ‘La Gazzetta dello Sport’ antes de tomar la salida en la 13ª etapa, que finalizó en Vicenza, en una subida que tampoco era cosa de otro mundo y donde se impuso el danés Mads Pedersen, cuarto triunfo en esta edición, en un bonito duelo con Wout van Aert. Precisamente, Del Toro entró en la tercera posición con lo que volvió a bonificar 4 segundos, más otros dos que sacó al resto de rivales, entre ellos su compañero Ayuso.

Del Toro consuela a Van Aert, en la meta de Vicenza.

Del Toro consuela a Van Aert, en la meta de Vicenza. / GIRO DE ITALIA

Las rodillas son mal asunto. No sólo en ciclismo sino en cualquier deporte, pero aquí no cesan de moverse constantemente con el ajetreo de pedalear sin parar. Difícilmente una rodilla mejora con el paso de los días. Suelen ir a peor y todavía más cuando el ciclista con molestias entra en la alta montaña donde resulta imposible esconder las malas pulgas.

El programa

Este sábado Ayuso se enfrentará a la última etapa de cierta humanidad antes de que el domingo dé inicio todo el festival montañoso de un Giro que, aunque está resultando mucho más entretenido que en ediciones precedentes, todavía no ha mostrado el capítulo de subidas de verdad. Entre el domingo y el miércoles -con la jornada de descanso del lunes intercalada- se disputan tres etapas de alta montaña, con la tregua del esprint del próximo jueves, y las dos principales citas de dificultad máxima, viernes y sábado de la semana que viene, antes del paseo final por las calles de Roma. Por lo tanto, mal síntoma presentarse a la batalla decisiva del Giro con una rodilla en mal estado.

Ayuso se distanció en el puerto que había a 45 kilómetros de Vicenza, pero gracias a la gestión de su equipo pudo reintegrarse al pelotón y dejarlo todo en susto. Luego, en el esprint bonificado a 11 de meta, consiguió un bonus de 4 segundos. Lo hizo por delante de Del Toro, que dio la impresión de que dejaba de pedalear en favor de su compañero español.

La 14ª etapa.

La 14ª etapa. / GIRO DE ITALIA

En la meta, sin embargo, el ciclista alicantino ya ni intentó seguir a Del Toro cuando este entró en la pelea por la etapa frente a dos especialistas en llegadas explosivas, de lo mejor del mundo, Pedersen y Van Aert. Con ellos nada pudo hacer, pero si ampliar otra vez las diferencias en la general.

Este sábado el Giro entra en Eslovenia, la tierra de Roglic y del ausente Tadej Pogacar, aunque ambos residen en Mónaco. Difícilmente Roglic se llevará llevar por acciones patrióticas en un recorrido más llano que complicado y dejará cualquier ofensiva para más adelante, siempre pendientes de la evolución de Ayuso. Hay que cruzar los dedos… y las rodillas.

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