'Popeye' Greipel exhibe su potencia sobre los adoquines

En su palmarés figuran diez etapas del Tour, tres del Giro y cuatro de la Vuelta. André Greipel, de 33 años, utilizó la Vuelta a Turquía para encontrar la forma necesaria con la que conseguir resultados en el Giro. En la quinta etapa que concluyó en Benevento, en un final complicado que requería estrategia, colocación y potencia elevada al cubo, el velocista de Rostock descargó toda su fuerza sobre los adoquines. La impresionante exhibición 'empequeñeció' al francés Arnaud Démare, que ni tan siquiera tuvo la opción de poder seguir su estela. 

Su compatriota Marcel Kittel tenía muy claro que no era una llegada para él y se descolgó a 5 Km. El falso llano con un desnivel del 3,4 % sobre adoquines después de 233 Km hacía mucho daño. Las últimas curvas a diestra y siniestra aportaban su dosis de riesgo. Y en una de ellas, cuando Lotto ya habían construído el tren para 'Popeye' - así le llaman cariñosamente en el pelotón - el estonio de Katusha Rein Taramae cayó y barrió la carretera, cortó la dinámica del sprint y descolocó a los que iban a emplearse a fondo. Greipel sorteó la caída desde una posición más retrasada, se mantuvo en el centro de la calzada y no emergió hasta estar seguro de que ni la cuesta ni los adoquines podrían asfixiarle. El suyo fue un magisterio espectacular, impecable. 

La etapa estuvo marcada por una larga escapada de cuatro corredores: Daniel Oss (BMC),Alexander Folifonov (Gazprom), Pavel Brutt (Tinkoff) y Amets Txurruka (Orica) que no concluyó hasta las puertas de Benevento.

La nota negativa fue para el vasco Omar Fraile (Dimension Data), el primer líder de la montaña del Giro, que tuvo que abandonar a mitad de etapa con fiebre. 

Con la sexta etapa llega el primer final en alto, 150 Km. entre Ponte y Rocarasso, con un primer puerto de 18 Km., Bocca di Selva (Km 54) y los 19 km. finales hasta Aremogna. Una etapa de desgaste para el líder del Giro, Tom Dumoulin.