Urzaiz, doctorado en goles mágicos

Ismael Urzaiz entró en el Olimpo de los goleadores mágicos. Su primer tanto de esta temporada no pudo ser más bello

"No puedo prometer goles, ni chilenas, ni cosas parecidas porque creo que no es mi estilo. Lo que voy a aportar es algo fundamental, que son las ganas de triunfar". Estas fueron la primeras palabras que pronunció Ismael Urzaiz como jugador del Athletic, el 20 de julio de 1996. Diez años después, logró algo que nunca prometió, pero que sin duda soñó.

Entre navarros anduvo el juego. Minuto 26 del Athletic-Recreativo. El estellés Javi Martínez envió un centro a un lugar adonde sólo podía llegar el tudelano Urzaiz, quien se estiró hasta conectar de espuela. Era la única forma que tenía de rematar un balón que se fue directo al marco del pamplonés López Vallejo. Ovación en La Catedral a uno de los más bellos goles marcados en los últimos años.

Hasta aquel momento, Isma vivía su particular sequía goleadora. En los diez partidos anteriores de la temporada no había visto puerta, algo que obsesiona a todo delantero que se precie de serlo. Encima, el Athletic -en puestos de descenso- no sabía lo que era ganar en casa. Así, los primeros goles del de Tudela coincidieron con el primer triunfo local de los de Mané y con tres puntos que sacaron del pozo al equipo.

A sus 35 años, Urzaiz batalla por ganarse la confianza de su entrenador. Siempre lo ha hecho, desde que empezó a jugar en el Tudelano. Ignacio Zoco se fijó en él y se lo llevó al fútbol base del Real Madrid en 1985, cuando aún no había cumplido los 14 años.

Fue una de las perlas de la cantera blanca pero no llegó a triunfar en el primer equipo, como tantos futbolistas de base. Sus primeros años de profesional fueron duros. Albacete, Celta, Rayo, Salamanca... hasta que José Antonio Camacho apostó por él. Isma guarda buenos recuerdos del de Cieza y de un Espanyol en el que se consagró.

El club blanquiazul pagó 35 millones de las antiguas pesetas por su fichaje y se embolsó 500 cuando el Athletic de Luis Fernández se lo llevó. Ahora, aquel mocetón de Tudela que hace 21 años impresionó a Zoco cumple su undécima temporada en el club de Ibaigane. Y demuestra que es capaz de ilusionar a sus incondicionales con goles que no son de su estilo, como él dice, pero que servirán de ejemplo a los jóvenes delanteros que sueñan con ser un día como Isma Urzaiz.